Como solución propone el prelado el ocio cristiano y el ejemplo de vida cristiano de padres y educadores.
Redacción (09/08/2022 17:06, Gaudium Press) El día de la Virgen Blanca (5 de agosto) es muy especial en la diócesis española de Vitoria, de la cual esta advocación es patrona. Pero como ocurre en muchos lugares, la fiesta religiosa es la ocasión de varios días de jolgorio civil, donde comúnmente el desborde de las pasiones toma lugar de relieve.
Sobre la difícil situación moral de la juventud habló el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, el pasado viernes en la homilía.
“Ante las noticias que están llegando y que afectan a muchísimas familias vitorianas, muchos padres están perdiendo el sueño por el tipo de ocio en el que participan sus hijos ante una falta de alternativa sana y libre de peligros”, expresó el Prelado.
No hay que callar
“Nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos la violencia, las agresiones o los pinchazos en la noche de los jóvenes y a la vez hacemos la vista gorda a su exposición totalmente abierta al consumo de drogas, tabaco, alcohol o pornografía, mientras que en plataformas audiovisuales y redes sociales se les estimula a una hipersexualidad desvinculada de afecto y proyecto que, combinado con el acceso a la pornografía, supone una concepción errónea y perversa del amor, del sexo y del respeto a su propio cuerpo”, diagnósticó.
“¿Por qué callamos ante estos excesos? ¿Por qué renunciar a los valores de nuestros mayores, que tanto cosecharon para que nosotros seamos quienes hayamos recogido los frutos? ¿Por qué bajar el listón en el esfuerzo y el compromiso para una niñez y juventud libres de los vicios de los mayores?”, se preguntó.
Es preciso reanimar la virtud de la juventud, pues “una juventud sin valores y sin esfuerzo corre peligro de quedar a merced de los poderosos y de hacerles sumisos a un sistema que, como estamos viendo estos tiempos, genera injusticia, violencia y miedo”.
Se lamentó el Prelado, de que mientras “cientos de jóvenes de cada diócesis que han acudido estos días a la Peregrinación Europea a Santiago de Compostela”, tan solo ha habido “un puñado de Vitoria”. “El fracaso de una juventud sana es el fracaso de toda la sociedad, padres, colegios, instituciones, Iglesia, medios de comunicación…”.
Como soluciones, Mons. Elizalde instó a padres y educadores a un testimonio de vida cristiana: “Sin vuestra vida cristiana comprometida, los jóvenes pueden quedarse en el costumbrismo religioso de nuestras fiestas”.
Invitó el prelado a que todos se involucren en “el proyecto de una juventud sana”. Por su parte, la Iglesia de Vitoria “quiere sumarse a la solución y apuesta por un ocio alternativo”, en donde la juventud encuentre alegría, pero valores cristianos.
Con información de Infocatolica
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