Obispo emérito de Marajó expulsado de la región

Mons. José Luis Azcona Hermoso fue una de las pocas voces que criticó algunos aspectos del Sínodo de la Amazonia de 2019.

Redacción (13/12/2023, Gaudium Press) El padre José Antônio de Vasconcelos Farias, de la Prelatura de Marajó, confirmó la información de que el obispo emérito de Marajó, Mons. José Luis Azcona Hermoso, dejará la Prelatura de Marajó en enero, cuando asumirá el cargo el nuevo obispo responsable, Mons. José Ionilton Lisboa.

“Queridos feligreses, ante las preguntas sobre la información sobre la salida de Donm José de la Prelatura de Marajó, debo decir que, lamentablemente, es verdad. Dom José recibió un comunicado de la Nunciatura Apostólica de Brasil, indicando que debía abandonar la prelatura de Marajó. Esta es la información que tengo hasta el momento. Oremos por nuestro pastor eterno”.

El pasado sábado 9 de diciembre, en un comunicado, la Prelatura de Marajó declaró que Mons. José Luís Azcona recibió del Nuncio Apostólico, Mons. Giambattista Diquattro, la solicitud de no tener residencia dentro de la Prelatura de Marajó.

La Nunciatura es la representación diplomática del Vaticano en Brasil y reporta directamente al Papa Francisco. Por tanto, esta decisión proviene de la propia Santa Sede.

Así, esta medida –sin explicación por parte del Vaticano– alimenta las especulaciones de que existe una persecución contra obispos más “conservadores” o “tradicionales”, o aquellos que no están de acuerdo con el punto de vista del Papa, dado que Mons. José Luis Azcona Hermoso expresó su descontento con la dirección del Sínodo de la Amazonía de 2019, criticó la ausencia de Cristo crucificado en el Instrumentum laboris, texto de trabajo del Sínodo y denunció el episodio de la “Pachamama”, imagen de la “madre tierra” expuesta en una iglesia romana.

Además, defendió la doctrina de la Iglesia sobre el celibato sacerdotal en la Amazonía: “El primer paso para resolver el problema del celibato no es la abolición del celibato. Al contrario, inculturar el Evangelio como valores profundos, aspiraciones vitales, raíces antropológicas de una determinada cultura”. Y destacó: “No es la cultura indígena la que encuentra dificultades insuperables para comprender el celibato. Resulta que entre ellos no hubo una verdadera inculturación del Evangelio”.