El hecho ocurrió a raíz de las lluvias en el estado de Mérida. La Guardia Nacional estaba impidiendo el acceso de ayuda, particularmente de la agencia Cáritas.
Redacción (03/09/2021 12:18, Gaudium Press) Como si a la pobre Venezuela no le faltase otro desastre a más que el régimen que se dejó imponer falazmente un día, la semana pasada el noticiario se llenó con las consecuencias de los torrentes producidos por intensas lluvias en la zona de Mérida, en los Andes venezolanos. Al menos murieron 20 personas, pero miles se quedaron sin techo. Los municipios más afectados fueron Tovar y Sucre.
Sin embargo, en medio del drama, hubo un hecho indignante, que encontró solución en buena medida por la decisión de un obispo, el auxiliar de Mérida, Mons. Luis Enrique Rojas.
A medida que se recogían las ayudas – entre otras las de la agencia Cáritas – , estas se iban dirigiendo a la zona de mayor desastre. Pero de forma inopinada, la Guardia Nacional en un momento bloqueó el paso, especialmente en la alcabala de la Victoria. “Son órdenes superiores”, dijeron.
Reacción
“Es un crimen de lesa humanidad impedir el paso de la ayuda humanitaria a los damnificados por la vaguada en el Valle de Mocotíes, Mérida, por parte de la GNB. Esta situación debe ser solventada de inmediato y suspender de su cargo a los responsables”, reaccionó prontamente vía twitter el Arzobispo de Ciudad Bolívar, Mons. Ulises Gutiérrez.
Pero ya es tradición que el gobierno chavista quiera ideologizar cualquier ayuda, y hasta rechazarla, como ha ocurrido en el pasado con ayuda humanitaria proveniente de Colombia y EE.UU.
Finalmente, Mons. Rojas, fue hasta el punto de bloqueo, y exigió a los militares despejar el paso de la ayuda para la localidad de Tovar. Inmediatamente recibió el apoyo de sus hermanos en el episcopado.
Mons. Rojas explica el trasfondo de lo ocurrido:
“La forma en que se actuó no fue la más correcta, y a la vez, fue el detonante de todo lo que hemos venido viviendo en Mérida, desde hace tiempo, con funcionarios que en vez de cumplir con sus deberes y obligaciones, han destruido la moral de la institución que representan. Yo he sido desde hace algún tiempo, víctima también en alcabalas y puestos de control, donde se abusa de la autoridad y del poder. Desde el día viernes 27 de agosto de 2021, a través de los medios, de las redes sociales, y por relato de personas de alta confiabilidad, nos enteramos de todos los abusos que se estaban cometiendo en la alcabala de La Victoria, con las ayudas enviadas, al lugar de la tragedia del Mocotíes, y el día domingo, yo fui víctima de todo lo que se decía. Creo que un pastor de la Iglesia no puede estar del lado de la injusticia ni de los atropellos que se cometen en un lugar como este. Actué como hubiese actuado Cristo en mi lugar, y en las Sagradas Escrituras hay varios hechos en la vida pública de Jesús, cuando sale en defensa de la gente, y de sus derechos más fundamentales”.
La reacción de la gente a la injusticia de la Guardia Nacional se manifestó en redes, y motivó la grosera respuesta de Nicolás Maduro, que refiriéndose a los obispos que llevaron ayuda dijo: “¡Son unos bichos, con el diablo en la sotana!”.
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