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El Cardenal Dolan y el Arzobispo de Baltimore dijeron que desde se reveló un posible fallo de la Corte Suprema contrario al aborto, los ataques han aumentado.
Foto: María Oswalt en Unplash
Redacción (15/06/2022 12:02, Gaudium Press) Ante la proximidad del fallo de la Corte Suprema americana en el caso Dobbs vs. Jackson’s Women’s Health Organization – que al favorecer al estado Mississippi, eliminaría la sentencia que abrió las puertas del aborto en el país – las amenazas y ataques a iglesias y centros provida se suceden unos a otros.
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Ayer los medios católicos noticiaban un nuevo hecho, cuando una mujer semidesnuda irrumpió e interrumpió una misa en la parroquia de Santa Verónica en Eastpointe, a 20 minutos de Detroit. La propia arquidiócesis de Detroit ha alertado a los párrocos para que estén atentos a este tipo de trasgresiones.
La mujer gritó consignas abortistas como “Aborto sin disculpas” y manifestaba su contrariedad a la posibilidad de que se revierta la sentencia abortista Roe vs. Wade. Mientras los guardias de seguridad la retiraban, algún fiel le recordó que “El aborto mata a los bebés”.
Las organizaciones provida son atacadas casi a diario
En respuesta a estos ataque, la Conferencia Episcopal de los EE.UU., por boca del Cardenal Timothy Dolan y del Arzobispo de Baltimore Mons. William Lori han pedido a las autoridades firmes medidas contra el vandalismo en iglesias y las entidades provida.
“La Iglesia católica tiene una larga historia de servicio a los más vulnerables, incluyendo a la madre y al niño, y sigue siendo el mayor proveedor privado de servicios sociales en los Estados Unidos. Desde las comunidades religiosas hasta los centros de atención al embarazo, desde los servicios de reasentamiento de refugiados hasta las agencias de acogida y adopción, y desde los hogares de maternidad hasta los ministerios parroquiales, la Iglesia da constantemente testimonio, de palabra y de obra, de la belleza y la dignidad de toda vida humana”, declararon el Cardenal Dolan y Mons. Lori, respectivamente presidente del Comité de Libertad Religiosa y presidente del Comité de Actividades Provida del episcopado.
“Desde hace dos años, las iglesias católicas han sido atacadas y vandalizadas a un ritmo alarmante. En julio de 2020, nos esforzamos por comprender esta violencia. En octubre de 2021, pedimos a los funcionarios electos que condenaran los ataques. El pasado mes de enero, rezamos para que todas las comunidades religiosas fueran libres de practicar su culto sin miedo. Sólo en raras ocasiones los motivos han sido claros; cuando lo fueron, a menudo se trataba de la oposición a las enseñanzas de la Iglesia sobre la vida en el seno materno”.
Pero ahora, “desde que se filtró el borrador de la opinión en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, las organizaciones benéficas que apoyan a las madres embarazadas necesitadas han sido atacadas con bombas incendiarias, y las organizaciones provida han sido atacadas casi a diario y aterrorizadas, e incluso las vidas de los jueces del Tribunal Supremo han sido amenazadas directamente. A la luz de esto, instamos a nuestros funcionarios electos a adoptar una postura firme contra esta violencia, y a nuestras autoridades policiales a aumentar su vigilancia para proteger a aquellos que están en mayor peligro. Agradecemos a los que ya lo han hecho, y les animamos a seguir haciéndolo”.
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