martes, 11 de noviembre de 2025
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Obispos en Escocia alertan sobre rechazo a restricciones en proyecto de ley de suicidio asistido

Dicha ley pondría vidas en riesgo. “La verdadera compasión implica acompañar a quienes sufren”, dice un líder provida.

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Redacción (11/11/2025 13:53, Gaudium Press) Los obispos de Escocia y los grupos Pro Vida expresaron su preocupación por los posibles efectos que un proyecto de ley sobre el suicidio asistido podría tener sobre las personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad, tras el rechazo de varias enmiendas clave.

El suicidio asistido es ilegal en Escocia, pero si el proyecto de ley de Liam McArthur sobre la muerte asistida para adultos con enfermedades terminales en Escocia se convierte en ley, los adultos con enfermedades terminales podrán recibir asistencia para poner fin a sus vidas.

Después de que el comité que analizaba el proyecto de ley rechazara el 4 de noviembre varias enmiendas para hacerlo más seguro, el presidente de la Conferencia Episcopal Escocesa y obispo de Paisley, Mons. John Keenan, declaró a CNA: “Casi [todos los] grupos vulnerables de Escocia que representan a las personas con discapacidad, las personas mayores y las personas con enfermedades mentales, se oponen [al proyecto de ley] y siguen señalando cómo los pone en mayor riesgo”.

Una de las enmiendas rechazadas habría restringido la elegibilidad a quienes tuvieran una esperanza de vida de seis meses o menos. Otra propuesta habría exigido que las personas que solicitaran la muerte asistida contaran con un plan de cuidados paliativos totalmente financiado. Ambas enmiendas fueron rechazadas, lo cual generó temor a que las personas más vulnerables sufran y que quienes padecen enfermedades no terminales puedan acceder al suicidio asistido.

Al expresar su preocupación por el proyecto de ley, Monseñor Keenan dijo: “Tampoco excluirá a las personas cuya principal motivación para su solicitud se encuentre entre las siguientes afecciones no terminales: trastornos alimentarios; discapacidades intelectuales, incluido, entre otros, el síndrome de [Down]; trastornos del estado de ánimo, incluida, entre otros, la depresión; trastornos de ansiedad; la percepción de cualquier prestación por discapacidad o enfermedad, incluido, entre otros, el Pago por Discapacidad para Adultos o cualquier pago de asistencia social equivalente; soledad o aislamiento social; dificultades financieras o bajos ingresos; sentimientos de ser una carga para los demás; condiciones de vivienda deficientes o inadecuadas; cualquier otra afección de salud mental o trastorno del desarrollo que no sea una enfermedad terminal”.

El suicidio asistido es intrínsecamente inmoral

La Iglesia católica enseña que el suicidio asistido es intrínsecamente inmoral.

“La vida es un don que debe protegerse, especialmente cuando está amenazada por la enfermedad y la muerte”, declararon los obispos de Inglaterra, Gales y Escocia.

“Los cuidados paliativos, con un alivio del dolor realizado por expertos y un buen apoyo humano, espiritual y pastoral, son la manera correcta y la mejor de cuidar a las personas al final de la vida”.

La definición de enfermedad terminal en el proyecto de ley de McArthur ha sido considerada problemática, ya que establece que puede aplicarse a personas con una “enfermedad o afección avanzada y progresiva de la que no pueden recuperarse y que razonablemente se puede esperar que les cause la muerte prematura”.

Paul Atkin, director Pro-Vida en la Arquidiócesis de St. Andrews y Edimburgo, destacó este peligro, al declarar a CNA: “La definición de ‘enfermedad terminal’ en el proyecto de ley es tan vaga, que podría incluir a personas con afecciones como demencia o insuficiencia cardíaca, que pueden vivir durante años. Los límites son difusos, y lo que comienza como una elección para unos pocos se convierte en una suposición para muchos”.

Atkin continuó: “Seamos honestos: esta ley pondría en riesgo algunas vidas, no por enfermedad, sino por desesperación. La verdadera compasión implica acompañar a quienes sufren, no ofrecerles la posibilidad de morir. Escocia puede hacer algo mejor”.

El miembro del Parlamento escocés (MSP), Jeremy Balfour, propuso excluir del acceso al suicidio asistido a las personas con enfermedades no terminales. Estas enfermedades incluyen discapacidad intelectual, trastornos alimentarios y sentimientos de ser una carga. Una vez más, la propuesta fue rechazada.

En declaraciones a CNA, Catherine Robinson, portavoz de Right To Life UK, describió el proyecto de ley de suicidio asistido en Escocia como “un claro peligro para las personas con discapacidad”.

“Muchas discapacidades pueden volverse rápidamente ‘terminales’ si no se tratan adecuadamente. Ese es el caso si se hace intencionalmente en personas con discapacidad que buscan activamente acabar con sus vidas o por falta de acceso a asistencia médica”, declaró Robinson.

“Las personas con discapacidad reconocen el riesgo que supone para ellas el proyecto de ley de McArthur, razón por la cual las principales organizaciones de discapacidad en Escocia, como Inclusion Scotland, Glasgow Disability Alliance y Disability Equality Scotland, no lo apoyan”.

La diputada Pam Duncan-Glancy, la primera usuaria permanente de silla de ruedas en el Parlamento escocés, compartió su preocupación por las enmiendas rechazadas en relación con las personas con discapacidad.

“El comité rechazó establecer plazos en los pronósticos. Esto significa que cualquier persona con una enfermedad que pueda causarle una muerte prematura es elegible. Eso me incluye a mí y a miles de personas con discapacidad y personas con enfermedades como la diabetes en toda Escocia. No creo que esa sea la intención del Parlamento. Esto es peligroso para las personas con discapacidad y lo combatiré hasta el final”, declaró Duncan-Glancy.

El proyecto de ley de McArthur es independiente del proyecto de ley que actualmente se tramita en el Parlamento de Londres, el cual propone la legalización del suicidio asistido en Inglaterra y Gales.

Se pide a los católicos de Escocia que insten a su diputado local a votar en contra del proyecto de ley en el debate final de la tercera fase.

Con información de CNA.

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