Los obispos emitieron Carta Pastoral después de asamblea plenaria.
Redacción (14/01/2022 09:44, Gaudium Press) Varios puntos de la triste y terrible realidad político-social del Venezuela resaltaron los obispos del país, después de culminar su asamblea plenaria ayer. Para quien ha seguido los comunicados post-asambleas, lamentablemente se percibe que deben repetir muchas de sus observaciones, en una situación que puede tonarse sin esperanza. Pero ellos, los obispos, siempre apelan a Cristo.
Apuntan los prelados, tanto en la Carta pastoral post asamblea (titulada “Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti”), como en declaraciones a los medios, que se está en presencia de “un sistema político excluyente”.
Un poder que se prolonga en el fracaso y la ineficiencia
“Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡Es moralmente inaceptable!”, leía el Arzobispo de Cumaná, Mons. Jesús González de Zárate, quien es también presidente de la conferencia episcopal.
Habló el prelado de tres realidades “escandalosas”, que pueden resumir la tragedia de Venezuela: “El desmantelamiento de las instituciones democráticas y de las empresas del Estado”, el “dramático éxodo debido a la emigración forzada de cerca de seis millones de compatriotas expatriados”, y ““la pobreza de la gran mayoría de nuestro pueblo, con particular acento en la desnutrición de la infancia y las situaciones de injusticias que viven las personas de avanzada edad”.
Un principio que resumiría todo el accionar del gobierno en Venezuela, sería “convertir al ser humano, creado por Dios como ser libre y responsable, en simple ejecutor de centros idolátricos de poder”.
Un mar de miseria con islotes de opulencia
En una observación novedosa, que recuerda la realidad cubana, donde en medio de la miseria se ven bolsones de opulencia, el Arzobispo de Cumaná habló de las “cuantiosas inversiones se están dando en el país que solo benefician a pocas personas o grupos de inversionistas en áreas poco accesibles a la mayoría empobrecida de la población”.
Leyendo la Carta, el Arzobispo apuntó que “van apareciendo, en nuestras ciudades, casinos y casas de juego, bodegones, restaurantes y hoteles, edificios y casas ostentosas”. Refiere que “en todos los tiempos, el lujo y el desperdicio que ostentan unos pocos ofenden a Dios y a los hermanos, pero con mayor fuerza en este tiempo de pandemia y de crisis global que se vive en el país ”.
Se refirió el prelado a las recientes elecciones en el estado de Barinas, cuna del chavismo, donde ese oficialismo perdió: “Los resultados del día domingo 9 de enero son una demostración de cuán necesario es reconocer y aceptar que estamos frente a un cambio en Venezuela, que pasa por la necesidad del encuentro y del entendimiento, para construir un país libre de la opresión y del deterioro al que ha sido sometido”.
Toda esa realidad, convoca a una refundación del país, dijeron los obispos.
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