miércoles, 18 de septiembre de 2024
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Oración y frases de San Luis Gonzaga, patrono de la castidad y los estudiantes

El 21 de junio, la Iglesia Católica celebra la memoria de San Luis Gonzaga, patrono de la Juventud.

Oracao e frases de Sao Luis Gonzaga padroeiro da juventude 1

Redacción (21/06/2023 11:10, Gaudium Press) Nacido en Italia en 1568, Luis pertenecía a una familia del Sacro Imperio. Su padre quería que su hijo siguiera la carrera militar, sin embargo, Luis prefirió dedicarse exclusivamente a Dios.

Fue entonces cuando se unió a la recién formada Compañía de Jesús como novicio. Luego se fue a Roma, donde comenzó sus estudios de teología. Durante este período, Roma estaba experimentando una gran epidemia de tifus que cobró la vida de muchas personas. Compasivo con el sufrimiento del pueblo, el joven jesuita decidió quedarse en el lugar y ayudar a los enfermos. Luis acabó contrayendo la enfermedad, muriendo el 21 de junio de 1591, a los 23 años.

Frases de San Luis Gonzaga

01 – “Toda perfección evangélica se alcanza con el ejercicio continuo de la oración”.

02 – “Quien realmente quiere amar a Dios, no ama si no tiene un ardiente y constante deseo de sufrir por él”.

03 – “En el atardecer de nuestra vida, seremos juzgados según el amor”.

04 – “El que no es hombre de oración nunca alcanzará un gran acto de santidad, ni triunfará jamás sobre sí mismo”.

05 – “No hay señal más segura de que alguien es del número de los escogidos, que verlo temeroso de Dios, y al mismo tiempo, siendo probado con tribulación y desolación en este mundo”.

Oración a San Luis Gonzaga

Oracao e frases de Sao Luis Gonzaga padroeiro da juventude 4

Oh Luis Santo, adornado de angélicas costumbres, yo, tu indigno devoto, te recomiendo singularmente la castidad de mi alma y de mi cuerpo. Te suplico por tu pureza angelical, que intercedas por mí ante el Cordero Inmaculado, Cristo Jesús y su Santísima Madre, la Virgen de las vírgenes, y me guardes de todo pecado. No permitas que me manche con la menor mancha de impureza; pero cuando me veáis en la tentación o en peligro de pecar, alejad de mi corazón todo pensamiento y afecto impuros y, despertando en mí el recuerdo de la eternidad y de Jesús crucificado, imprimid en mi corazón el sentimiento del santo temor de Dios e inflamad en el amor divino, para que, imitándote aquí en la tierra, merezca gozar de Dios contigo allá en el cielo. Amén. (EPC)

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