Las familias que cuentan con un espacio destinado a la oración tienen una ventaja para sobrellevar las limitaciones del aislamiento.
Washington (07/05/2020 13:50:07, Gaudium Press) En medio de las restricciones a la asistencia a la Eucaristía en Estados Unidos, el informativo National Catholic Register reunió varios testimonios de familias. Su objetivo: destacar los beneficios de elaborar un altar o un oratorio para dedicar un espacio de la casa a la oración. Esta sencilla propuesta, llevada a la práctica durante generaciones en incontables hogares, es una notable ayuda para que las familias abracen su vocación como Iglesia doméstica.
Esta misión fue destacada por el Cardenal Robert Sarah en una entrevista concedida a la revista francesa Valeurs Actuelles. «¿Qué pasaría si, simplemente, en este silencio, esta soledad, este confinamiento, nos atreviéramos a orar? ¿Si nos atreviéramos a convertir nuestra familia y nuestro hogar en una Iglesia doméstica?», cuestionó el purpurado. «Los cristianos, privados de la Eucaristía, se dan cuenta de cuánto la Comunión era una gracia para ellos. Yo los motivo a practicar la adoración desde casa, porque no hay vida cristiana sin vida sacramental».
Un lugar para la oración
Esto es precisamente lo que se propusieron familias en numerosos lugares. Rob y Susan Anderson, un matrimonio en Carolina del Norte, Estados Unidos, decidieron hacer un altar en casa tras la noticia del cese de Eucaristías públicas. «Este lugar está en la entrada principal y camino a nuestra cocina», relató la esposa a National Catholic Register. «Es una señal visible de fe y reflexión de que Dios siempre está con nosotros».
Otra pareja, Ryan and MaryBeth Eberhard , decidieron adaptar un altar para la asistencia a distancia a la Eucaristía. Cada domingo, sus hijos traen a la sala las imágenes de los Santos a quienes desean encomendarse y las rosas secas que recibió una de ellos como obsequio el día de su primera Confesión. Esta preparación los ayuda a participar con fruto de la celebración eucarística, para la cual también encienden una vela. «Esos lugares y espacios en todo el hogar pueden preparar el escenario para pasar tiempo con el Señor», indicó MaryBeth. «Establecer estos espacios para un encuentro con el Señor es realmente importante».
Jason y Rachel Bulman decidieron ir un poco más allá. tomando espacio de su garaje, prepararon una nueva habitación para funcionar como Capilla. Un crucifijo, una imagen de la Santísima Virgen y varias reliquias hacen especialmente presente a Dios y un reclinatorio invita a la oración. Inicialmente era un espacio para la oración personal, pero el aislamiento lo transformó en un lugar familiar. «De usarlo una vez al mes como familia, ahora se ha convertido en un espacio donde podemos rezar juntos más como familia», relató Rachel a NCRegister. «Lo usamos como familia dos o tres veces por semana. Rápidamente se convirtió en una extensión de quienes somos».
Con información de National Catholic Register.
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