7 precandidatos presidenciales no podrán participar de las elecciones del próximo 7 de noviembre.
Redacción (03/08/2021 15:08, Gaudium Press) No ha sido fácil la situación de la Iglesia en Nicaragua en los últimos años.
El mundo va conociendo entre asombrado e indignado que, ayer perdieron su oportunidad de inscribirse para las elecciones del 7 de noviembre, siete precandidatos presidenciales que son mantenidos bajo arresto por el régimen de Daniel Ortega: Cristiana Chamorro, Félix Maradiaga, Arturo Cruz, Medardo Mairena, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora y Noel Vidaurre. Todos ellos son de reciente detención, siendo la primera Cristiana Chamorro, hija de Violeta Barrios de Chamorro, quien cumple detención domiciliaria desde el 2 de junio. Pertenecen todos ellos a diversos movimientos políticos, de diversas tendencias, y los une particularmente en que no son afines al sandinismo.
Pero los ataques del régimen no son solo contra sus adversarios políticos: también son contra la Iglesia.
Ayer, en su alocución al ser ratificado como candidato presidencial, acusó a las autoridades católicas de ser hipócritas, mercaderes de la fe, falsos fariseos, etc. “No, no, [Cristo] no les vino a transmitir las hipocresías, las actitudes falsas de los que Cristo llamó mercaderes del templo, que se disfrazaban de sacerdotes, que tenían tomados los templos y engañada a la gente y se comportaban como si tenían la máxima autoridad moral (…) porque el mensaje de Cristo no necesita de intermediarios (…) ni Dios ni Cristo necesitan a esos fariseos de intermediarios”, dijo Ortega.
Ortega criticó el que la Iglesia hubiese ofrecido servicios religiosos a Anastasio Somoza y dijo que la Iglesia “bendecía, alababa, y enaltecía hasta el cielo al tirano que asesinaba al pueblo nicaragüense y que nunca criticó los crímenes, los miles de crímenes a los que estaban sometido el pueblo de Nicaragua, nunca criticó el hambre, el desempleo que sufría el pueblo nicaragüense”.
Ya el 30 de julio Ortega había calificado de “fariseos” a los sacerdotes católicos que habían cumplido labores de mediación ante la represión del régimen después de las protestas de abril de 2018.
“Ellos fueron los que se exiliaron, y cada día se exilian más. Fueron unos fariseos. Cristo los llamó fariseos cuando los encontró en el templo y los sacó a latigazos y los fariseos no han desaparecido, ahí andan vestidos elegantes y hablando como que fuesen unos santos. No tienen ningún respeto a Cristo, ningún respeto a Dios”, apostrofó Ortega.
La Iglesia manifiesta su intención de resistir con firmeza, como lo hizo en el pasado
La Iglesia teme que el régimen no se quede sólo en ataques verbales, pero resistirá, según las palabras del Cardenal Arzobispo de Managua, Mons. Leopoldo Brenes en su homilía del pasado sábado en la Catedral de Managua, cuando se conmemoraba el primer aniversario del atentado ocurrido contra la imagen llamada Sangre de Cristo.
El purpurado afirmó que los sacerdotes y toda la Iglesia Católica está lista a enfrentar las “represalias” del gobierno.
Las represalias “serán bienvenidas, y siempre las trataremos como lo hicimos en la década de los 80 [durante el primer mandato de Ortega], cuando había situaciones muy difíciles”, dijo. “La Iglesia no está dirigida por hombres. No somos más que instrumentos, la Iglesia está animada y fortalecida por el Espíritu Santo. Seguimos cumpliendo la misión que el Señor nos ha encomendado ”, apuntó el Cardenal.
El Cardenal Brenes desmintió que la Iglesia tuviese la intención de configurarse como una institución política: “En ningún momento queremos asumir un rol político, nuestro trabajo es evangelizar, nuestro trabajo es el trabajo del amor de Cristo, quien vino para que podamos tener vida y vida en abundancia”, dijo después a los periodistas, ese mismo sábado. “La Iglesia no tiene la capacidad de odiar, ni con gestos ni con palabras; rezamos por aquellos que podrían criticarnos y acosarnos, y esto nos da paz”.
El Cardenal Leopoldo Brenes indicó igualmente que “continuaremos adelante, independientemente de lo que se diga de nosotros. Hay tantos fanáticos que, a veces, pasan cerca y nos gritan. Si me gritan, me río”.
“Creemos en Dios, y en esto nos apoyamos, y esta es nuestra fuerza, así como la Virgen María. Ellos son nuestra esperanza, y eso es lo que piensan los sacerdotes, obispos y laicos. Afortunadamente, estamos a gusto llevando a cabo nuestra misión evangelizadora ”, ratificó.
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