Fue hace dos días, el 19 de abril. Otra vez Daniel Ortega habló de los obispos de la sufrida nación nicaraguense.
Redacción (21/04/2023 12:36, Gaudium Press) Fue hace dos días, el 19 de abril. Otra vez Daniel Ortega habló de los obispos de la sufrida nación nicaraguense, esos “demonios”, que se la pasan “dando golpes de Estado, tranquilamente con su firma ahí, con sus nombres completos. No hubo un solo obispo que no firmara, todos firmaron, hasta los que lucían más moderados”. Todo esto mientras declaraba el 19 de abril en su país como Día de la Paz…
No se sabe bien a que se refiere Ortega, y los informativos católicos se rebanan los sesos en un esfuerzo interpretativo de sus palabras, que muchos califican cada vez más desconexas, entre ellas, y sobre todo desconectadas con la realidad.
Por ejemplo, Walter Sánchez de Aciprensa, aventura que “el dictador podría haber aludido a la carta de 16 páginas que los obispos de Nicaragua le enviaron en 2014, en la que le pedían sostener un ‘diálogo nacional’, así como trabajar para un proceso electoral transparente. Los prelados también le recordaron a Ortega que ‘los años pasan y nadie es eterno’, lo que el dictador consideró como un ‘ultimátum’ ”.
“Hay corrientes que son totalmente tan… con el alma llena de veneno –dijo pues Ortega. Tienen al demonio en el corazón, son el demonio caminando, y para colmo el demonio con la cruz, imagínense, en el pecho. ¡Qué sacrilegio!”, sentenció el autócrata.
Repite Ortega el calificativo, y se ve que le quedó gustando, usado en septiembre de 2021, cuando se refirió a los sufridos prelados de su país como “demonios con sotana”.
Mientras tanto, por fuera de esa cárcel religiosa en que se está convirtiendo el país centroamericano, crece la conciencia de la creciente persecución contra la fe mayoritaria del pueblo nicaragüense.
Noticia también Aciprensa que Mons. David J. Malloy, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional del episcopado americano ha manifestado sus sentimientos solidarios con la Iglesia en Nicaragua.
“Mientras continuamos celebrando el gozo de la resurrección de Cristo durante este tiempo pascual, reafirmo nuestra inquebrantable solidaridad con los obispos, sacerdotes, fieles y todos los hombres y mujeres de buena voluntad de Nicaragua, que están sufriendo un recrudecimiento de las acciones de persecución religiosa del Gobierno de Nicaragua”, indicó Mons. Malloy el viernes 14 de abril, a nombre de los obispos estadounidenses.
Mons. Malloy también recordó al P. Donaciano Alarcón, recientemente expulsado del país “por pedir la liberación de Mons. Rolando Alvarez, quien languidece en prisión luego de haber sido injustamente sentenciado a 26 años de prisión y despojado de su ciudadanía en febrero”.
Sin embargo, registra también el Obispo de Rockford, la nutrida asistencia de los fieles a las celebraciones de Pascua en Nicaragua, que alcanzó “números récord”. Y convocó al gobierno americano y a toda la comunidad internacional a seguir trabajando para la liberación de Mons. Álvarez, “y por la restauración de la paz y el estado de derecho” en el país.
En fin, pareciera que existe un pulso: entre Ortega, su enigmática consorte, sus deudos, y la fe predominante y persistente del pueblo de Nicaragua. Ya se sabe como terminan esos pulsos, a largo plazo, porque como dice él que le dijeron los Obispos, el tiempo sí es de Dios. (PCM)
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