Ángeles y demonios en las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia, las fuentes históricas del ritual del exorcismo, trazos pastorales y espirituales de la teología del exorcismo como sacramental, fueron algunos de los temas.
Redacción (, Gaudium Press) Ángeles y demonios en las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia, las fuentes históricas del ritual del exorcismo, los trazos pastorales y espirituales de la teología del exorcismo como sacramental. Además, los aspectos psicológicos del exorcismo y del satanismo, la simbología en los rituales mágico-ocultistas-satánicos y la relación del cine y la música con el satanismo y el exorcismo:
Todos estos fueron temas en el el XVIII Curso sobre exorcismo y oración de liberación, organizado por el Instituto Sacerdos de la Pontificia Universidad Regina Apostolorum en colaboración con el Grupo de Investigación e Información Socio-Religiosa (Gris).
El enfoque de este curso, que terminó el pasado 11 de mayo, fue interdisciplinario. Contó con conferencistas y especialistas internacionales, como monseñor Karel Orlita, sacerdote de la República Checa y nuevo presidente de la Asociación Mundial de Exorcistas. De gran actualidad fue también la intervención del Padre Fortunato Di Noto, fundador de la Asociación Meter, que desveló el velo sobre el terrible vínculo que muchas veces une la pedofilia y la pornografía infantil a ritos ocultos y satánicos.
Monseñor Stagliano: “Escoger con sabiduría y prudencia”
El papel del obispo en el ministerio del exorcismo está ligado a la Tria munera, las tres misiones confiadas a cada pastor de la iglesia, de las cuales él es responsable: la misión de santificar, de gobernar y de enseñar”, explicó por su parte Mons. Antonio Stagliano a Vatican News.
El presidente de la Pontificia Academia de Teología, que en el primer día del Curso se concentró sobre este aspecto en un pronunciamiento largo y detallado, destacó que para el obispo es, ante todo, esencial “el discernimiento para escoger con gran sabiduría y prudencia a los sacerdotes que deberán ser nombrados exorcistas, los cuales son llamados a un ministerio de caridad y amor”.
La misión de gobierno que cabe a cada obispo, añade Mons. Stagliano, debe llevarlo “a no negar, en su propia diócesis, el ministerio del exorcista”. Además, su propia misión santificadora contiene en sí una poderosa fuerza exorcística, “porque – añade – la lucha entre el bien y el mal se realiza, necesariamente, también por medio de la obra sacramental”.
Padre Dermine: “El exorcista debe tener una espiritualidad activa y consciente”
La oración y el silencio deben ser la base de la vida de un buen exorcista. “En esencia, para ser eficaz debe ser capaz de tener una espiritualidad activa y consciente, sin dejarse abatir por los numerosos pedidos de ayuda de quien pide ser liberado del maligno”, afirma a su vez el Padre François Dermine, exorcista y presidente de Gris.
Otra característica fundamental es conseguir conciliar “el ministerio del exorcista con los deberes exigidos por su propia condición, como la de religioso o párroco. Al fin de cuentas, la comunidad de referencia exige que el exorcista ejerza sus funciones dentro de esa misma comunidad. Es un equilibrio complejo.”
Existen errores, asegura el Padre Dermine, de los cuales todo exorcista debería tratar de escapar. Uno de los más peligrosos es la prisa en el discernimiento: “Los juicios precipitados le cuestan caro a cualquier persona que sufre, así como al exorcista, que debe ser capaz de conocer en profundidad a las personas y a quien concede las bendiciones. Debemos percibir claramente la génesis de sus problemas y males espirituales”.
Con información de Vatican News.
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