La ubicación de Francisco en Santa Marta, suscitó algunos problemas de orden público y seguridad, así como económicos.
Redacción (29/05/2025, Gaudium Press) Tras el fallecimiento del Papa Francisco, quien residió en la Casa Santa Marta durante todo su pontificado, el nuevo Papa León XIV decidió regresar a la residencia tradicional del jefe de la Iglesia Católica: los apartamentos papales en el tercer piso del Palacio Apostólico.
Los apartamentos, ubicados en un edificio del siglo XVI con vistas a la Plaza de San Pedro, habían estado desocupados desde 2013. Tras la renuncia de Benedicto XVI y la decisión del Papa Francisco de permanecer en la Casa Santa Marta, el Palacio Apostólico se utilizó exclusivamente para fines representativos. Ahora, volverá a cumplir su función original: ser la residencia del Papa.
Después de 1870, cuando Roma fue anexada al Reino de Italia y el Papa dejó de tener control sobre el Palacio del Quirinal, el Palacio Apostólico se convirtió en la residencia oficial de los papas. Inicialmente, no todos los pontífices utilizaban los apartamentos ubicados en la tercera planta. Su distribución y propósito actuales se deben a San Pío X, quien fue el primero a transferirse a este lugar. Desde entonces, los papas posteriores habían adaptado el espacio según sus necesidades.
¿Por qué León XIV eligió el Palacio Apostólico?
La elección del Papa León no demuestra extravagancia. Los apartamentos se caracterizan por una noble sencillez. Son cerca de diez habitaciones, incluyendo un dormitorio, una capilla, una biblioteca, un despacho, un comedor y una cocina. Las obras de renovación tienen como objetivo adaptarlo a las necesidades de León XIV, así como realizar las modernizaciones necesarias, entre otras, los aseos y la eliminación de la humedad, según medios italianos.
La decisión también tiene un aspecto práctico: según fuentes vaticanas, garantizar la seguridad del Papa en el Palacio Apostólico es mucho más sencillo que en la Casa Santa Marta, que también acoge a sacerdotes visitantes y delegaciones de todo el mundo. La ubicación de los apartamentos en la tercera planta permite mayor privacidad y protección para el Santo Padre. De hecho, la estancia de doce años de Francisco en Santa Marta dio lugar a diversos problemas de orden público y seguridad, además de económicos.
Los famosos “cincuenta metros cuadrados” en los que el Papa Bergoglio se alojó en Santa Marta se fueron transformando gradualmente en varias habitaciones, llegando a ocupar toda la segunda planta. En los últimos años, se añadieron una cocina, un salón de recepciones, una capilla privada y varias salas para los colaboradores, ampliando considerablemente el espacio en Santa Marta reservado al Papa, mucho más allá del tradicional apartamento papal.
Todo esto implicó numerosas obras, pero sobre todo mantenimiento, por no mencionar la duplicación de la seguridad, lo que requirió la contratación de un mayor número de agentes de la gendarmería y la Guardia Suiza. Los gastos, nada modestos, aumentaron con los años, alcanzando en los últimos años de Francisco la cifra de casi doscientos mil euros mensuales para la administración de Santa Marta.
Con información de aleteia.pl e Il Tempo.
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