La primera catequesis de audiencia general del 2025 estuvo dedicada por el Papa a los niños, en el marco del nuevo ciclo “Jesucristo Nuestra Esperanza”, cuya primera parte destaca la infancia de Jesús.
Redacción (08/01/2025 09:21, Gaudium Press) “Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en el” (Lc 18, 17). Meditando este pasaje del Evangelio según san Lucas, el Papa Francisco optó por dedicar la primera catequesis del año a los niños, en la audiencia general en el Aula Pablo VI, este miércoles 8 de enero. El Papa, que puso en marcha un nuevo organismo curial para la protección de los niños, advirtió en particular sobre la lacra del trabajo infantil. Francisco lamentó esta práctica, que resulta paradójica en un momento en el que “estamos mirando a otros planetas o mundos virtuales”.
Niños humillados, explotados y heridos
“Es difícil mirar a los ojos a un niño marginado, explotado y maltratado”, afirmó el Papa, denunciando hasta qué punto “el siglo que genera inteligencia artificial y concibe existencias multiplanetarias aún no ha superado la plaga de la infancia humillada, explotada y mortalmente herida”. Dentro de tres semanas se celebrará en el Vaticano una cumbre sin precedentes dedicada a los derechos de los niños, bajo el título “Amémoslos y protejámoslos”.
Francisco basó sus observaciones en la Sagrada Escritura, recordando que los niños son un don de Dios y los más queridos del Padre. Y pensar en el número de niños que “mueren de hambre y de pobreza” o “destrozados por las bombas”, es la misma imagen de la violencia de Herodes contra los niños en Belén. La ONG Save The Children cuenta hoy en día 473 millones de niños en zonas de guerra. Según Francisco, se trata de un drama profundo que se repite de otras formas a lo largo de la historia.
Trabajo infantil
Al señalar a los niños como modelos para los adultos, Jesús rompió con la tradición que consideraba a los niños sólo como objetos pasivos, instando a la gente a dejar que los niños se acercaran a él. “Dejad que estos niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el Reino de los Cielos es para los que son como ellos”.
Francisco insistió en el excesivo número de niños obligados a trabajar. “Un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni hacer florecer sus talentos”, lamentó, pensando en los niños “explotados por una economía que no respeta la vida; una economía que, al hacerlo, quema nuestra mayor reserva de esperanza y amor”. UNICEF estima que 160 millones de niños en todo el mundo se ven obligados a trabajar. El Papa, que dedicó su intención de oración de enero a la educación de los niños, asegura que “quien haga daño a un niño tendrá que rendir cuentas ante Dios”.
Y concluyó pidiendo “al Señor que abra nuestra mente y nuestro corazón a la acogida y a la ternura, y que cada niño y niña pueda crecer en edad, sabiduría y gracia recibiendo y dando amor”.
Con información de Vatican News.
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