Habla una fuente de Libero, que relata dos temas tratados entre Francisco y el secretario de Benedicto en la reunión que sostuvieron el 9 de enero pasado.
Redacción (08/02/2023 16:00, Gaudium Press) Poco se sabe de los temas que abordaron el Papa y Mons. Georg Ganswein, (¿aún?) su Prefecto de la Casa Pontificia, cuando en una corta audiencia el pasado 9 de enero mantuvieron una conversación.
Esos días conocían el auge de los comentarios sobre “Nada más que la Verdad – Mi vida al lado de Benedicto XVI”, las memorias autobiográficas de Ganswein en las que decía algunas cosas que posiblemente molestaron a Francisco, como por ejemplo el dolor que sintió Benedicto cuando supo de la revocación por parte del Papa actual de su motu proprio Summorum Pontificum, que abría las puertas a un uso fácil del rito antiguo de la misa. De ese encuentro solo había trascendido lo dicho por el Corriere della Sera, una lacónica frase de Ganswein, más un lamento: “Ahora debo callar…”.
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Pero al parecer en la mente de Francisco el secretario de Benedicto ha estado rondando, más de una vez, más de un tiempo, no se ha ido.
El día anterior a la audiencia con Ganswein, el Papa en el Ángelus había invitado a actuar con los demás “no dividiendo, sino compartiendo”, de llevar las cargas “los unos de los otros, en vez de chismorrear y destruir”. “Preguntémonos – dijo entonces el Pontífice: ¿yo soy una persona que divide o que comparte? Reflexionemos: ¿soy un discípulo del amor de Jesús o un discípulo del chismorreo que divide? El chismorreo es un arma letal: mata, mata el amor, mata la sociedad, mata la fraternidad. Preguntémonos: ¿soy una persona que divide o una persona que comparte?”, en un lance al que muchos le atribuyeron un destinatario concreto, el Arzobispo Ganswein.
Sin embargo pasado un mes, el alemán Arzobispo de Urbisaglia al parecer seguía presente en las emociones papales, cuando a su regreso de Sudán del Sur el domingo pasado, en la clásica rueda de prensa que da en sus vuelos de venida, Francisco dijo que “Creo que la muerte de Benedicto ha sido instrumentalizada por gente que quiere llevar el agua a su propio molino, y la gente que de un modo u otro instrumentalizan a una persona tan buena, tan de Dios, casi diría un Santo Padre de la Iglesia. Un hombre con tantas cosas, esa gente no tiene ética y es gente de partido, no de Iglesia”. De estas palabras la interpretación fue unánime: se referían a Ganswein; tal vez no solo al Arzobispo, pero también al Arzobispo. El tono de la indignación había subido.
Un tonus que puede condecir con lo dicho ahora por Affaritaliani.it, repitiendo a una fuente de Libero, quien afirmó que en ese corto intercambio del 9 de enero, aún bajo los ecos de los funerales de Benedicto, Francisco habría amenazado a Ganswein de excomunión y le habría reclamado los bienes del Papa alemán obtenidos bajo el Pontificado.
La fuente, que habla de manera anónima, y con la única intención del “bien de la Iglesia” dice que por algunas revelaciones de hechos contados por Mons. Ganswein en su libro, hechos acontecidos en el Cónclave de eligió al Papa argentino, este lo habría advertido del riesgo de “excomunión” por revelación de secretos de Iglesia.
Y que el otro asunto tratado, era sobre los bienes obtenidos por el Papa alemán en su pontificado, que si se consideran los derechos de sus bastante vendidos libros, podría no ser poco. Francisco le habría dicho a Mons. Ganswein que ese patrimonio pertenece a la Iglesia y no al único heredero designado por Ratzinger, que es él.
Lo cierto es que desde ese 9 de enero el Arzobispo alemán no volvió a hablar con ningún periodista, de los muchos que lo deben haber buscado. (SCM)
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