En el Ángelus dominical, el motivo de su meditación es el Evangelio del día, que trata de la perplejidad de San José ante el estado de gravidez de la Virgen.
Redacción (19/12/2022 12:35, Gaudium Press) En el rezo de Ángelus de ayer, en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre la confianza, sobre el dejarse guiar y entregarse a la voluntad divina.
El motivo de su meditación fue el Evangelio del día, que trata de la perplejidad de San José ante el estado de gravidez de la Virgen. Pero en esta angustia, “Dios enciende en su corazón una luz nueva”, y conoce entonces que el Niño que nacerá es obra del Espíritu Santo: “María será la madre del Mesías y él será su custodio. Al despertar, José comprende que el mayor sueño de todo pío israelita -ser el padre del Mesías- se está haciendo realidad en él de modo absolutamente inesperado”, dijo Francisco.
Ante esta nueva realidad, “José deberá renunciar a sus confortantes certezas, a sus planes perfectos, a sus legítimas expectativas, y abrirse a un futuro enteramente por descubrir. Y a Dios, que estropea sus planes y le pide que se fíe de Él, José responde sí”.
Nosotros también podemos vivir momentos de perplejidad en nuestras vidas. Entonces, lo que debemos hacer es “acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis, teniendo en cuenta que cuando se está en crisis no hay que decidir apresuradamente, según el instinto, sino que, como José, es preciso ‘considerar todas las cosas’ (cfr. v. 20) y apoyarse en el criterio principal: la misericordia de Dios”.
El Papa convocó pues a la confianza en Dios, pues “Él es experto en transformar las crisis en sueños: sí, Dios abre las crisis a perspectivas nuevas, quizá no como nosotros nos esperamos, sino como Él sabe. Son los horizontes de Dios: sorprendentes, pero infinitamente más amplios y hermosos que los nuestros”.
Al final, Francisco pidió a la Virgen que nos ayude a vivir abiertos a las sorpresas de Dios.
Con información de Vatican News
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