Menú 
Hoy continuó en la Audiencia General con las catequesis sobre “la pasión por evangelizar” y el “celo apostólico”.
Foto: Screenshot Youtube Vatican Media
Redacción (18/01/2023 11:48, Gaudium Press) En la audiencia general de hoy, y continuando con su serie sobre la misión, el Papa Francisco reflexionó en el aula Pablo Vi sobre la figura de “Jesús como modelo del anuncio”.
Francisco invocó la gracia de tener “un corazón pastoral, abierto, cercano a todos, para llevar el mensaje del Señor y también sentir la nostalgia de Cristo. Porque, nuestra vida sin este amor que sufre y arriesga, no va y corremos el riesgo de pastar solo nosotros mismos”.
El Papa comentó el pasaje de San Lucas (15, 4-7) que narra la parábola de la oveja perdida, en el que Jesucristo declara que aunque el pastor conserve 99 ovejas, si pierde solo una va a buscar a la que se ha perdido, “y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría”.
Lo que debemos anunciar es a Cristo, “Verbo de Dios”, “es decir la Palabra”. El término Palabra nos indica ese deseo de Jesús de estar “en relación, en salida, jamás aislado, siempre en relación, en salida; la palabra, de hecho, existe para ser transmitida, comunicada. Así es Jesús, Palabra eterna del Padre que llega a nosotros. Cristo no solo tiene palabras de vida, sino que hace de su vida una Palabra: es decir, vive siempre dirigido hacia el Padre y hacia nosotros. Siempre mirando al Padre que lo ha enviado y viéndonos a nosotros a quienes Él ha sido enviado”.
Este darse de Jesús, que debemos imitar, es un “desgastarse por los pecadores, haciéndose solidario con nosotros sin distancias, en el compartir total de la vida. De hecho, hablando de su misión, dirá que no ha venido «a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). Cada día, después de la oración, Jesús dedica toda su jornada al anuncio del Reino de Dios y a las personas, sobre todo a los más pobres y débiles, a los pecadores y a los enfermos. Es decir, Jesús está en contacto con el Padre en la oración y además está en contacto con toda la gente en la misión”, expresó el Pontífice.
Ser pastor no es solo un trabajo sino una forma de vida
Es un corazón pastoral el del Señor: “De hecho, ser el pastor no era solo un trabajo, que requería tiempo y mucho empeño; era una verdadera forma de vida: veinticuatro horas al día, viviendo con el rebaño, acompañándolo a pastar, durmiendo entre las ovejas, cuidando de las más débiles. En otras palabras, Jesús no hace algo por nosotros, sino que da todo, da su vida por nosotros. El suyo es un corazón pastoral (cfr Ez 34,15). Él es el Pastor con todos nosotros”, y nosotros debemos seguir ese modelo:
“El corazón pastoral sufre y el corazón pastoral arriesga. Sufre: sí, Dios sufre por quien se va y, mientras lo llora, lo ama todavía más. El Señor sufre cuando nos distanciamos de su corazón. Sufre por los que no conocen la belleza de su amor y el calor de su abrazo. Pero, en respuesta a este sufrimiento, no se cierra, sino que arriesga: deja las noventa y nueve ovejas que están a salvo y se aventura por la única perdida, haciendo algo arriesgado y también irracional, pero acorde con su corazón pastoral, que tiene nostalgia de los que se han ido; no rabia ni resentimiento, sino una irreductible nostalgia por nosotros. Es el celo de Dios”, dijo Francisco incitando a seguir el ejemplo de Cristo, con quienes han dejado el rebaño o no hacen parte de él.
Con información de Vatican News
Deje su Comentario