Vogue eligió al papa León XIV como uno de los mejor vestidos de 2025, elogiando sus elegantes vestimentas litúrgicas que contrastan con la simplicidad de su predecesor, Francisco.

Foto: Vatican News / Vatican media
Redacción (16/12/2025 09:21, Gaudium Press) En una institución donde el simbolismo se entrelaza con la
tradición, las vestimentas de los papas han servido durante mucho tiempo como testimonio visual del legado perenne de la Iglesia católica.
Cuidadosamente elaborada hasta en los mínimos detalles, la estética papal ha evolucionado a lo largo de los siglos, manteniendo su profundo significado y cautivando a observadores de todo el mundo con su combinación de autoridad, espiritualidad y arte.
Este encanto atemporal se ha reafirmado en la clasificación anual de la famosa revista Vogue de las 55 personas mejor vestidas y «extremadamente elegantes» de 2025. La revista estadounidense, fundada en 1892 y reconocida como una autoridad mundial en moda y belleza, incluyó al papa en su codiciada lista, una distinción que destaca la ruptura del
pontífice con el estilo discreto de su predecesor inmediato.
Contraste
Vogue elogió específicamente a León XIV por romper «con los gustos humildes de su predecesor», el papa Francisco, al tiempo que mantenía «el legado papal de vestimentas litúrgicas impecablemente confeccionadas». La revista destacó lo que consideró el «mejor look de 2025»: la aparición inaugural del nuevo papa el 8 de mayo en la logia central de la basílica de San Pedro. En esa ocasión histórica, León XIV lució una mozzetta de satén rojo y una estola color vino bordada en oro, complementada con una cruz pectoral suspendida de un cordón de seda dorado.
La mozzetta, una capa corta que cubre los hombros y se usa sobre el roquete, simboliza tradicionalmente la autoridad papal. Complementando este conjunto, aunque se hace referencia a ella en contextos litúrgicos más amplios, está la casulla, una prenda exterior que se coloca sobre la alba y la estola, cuyo color varía según el tiempo litúrgico. Históricamente, esta prenda evoca el «yugo de Cristo», que representa la caridad.
Por el contrario, el papa Francisco, al ser elegido en 2013, optó por renunciar a prendas tan ornamentadas, adoptando un gesto de sencillez que ha definido su pontificado. Este enfoque le valió el reconocimiento de la revista Esquire, que lo incluyó entre los «hombres mejor vestidos» por su sobriedad y moderación.
El papa León XIV comparte ahora los honores de Vogue 2025 junto a varios iconos mundiales, entre los que se incluyen deportistas, actores, cantantes, políticos y modelos.
Detrás de este resurgimiento del esplendor papal se encuentra un grupo de hábiles artesanos. El diseñador de moda italiano Filippo Sorcinelli se ha convertido en una figura destacada en la confección de vestimentas para los papas recientes, desde Benedicto XVI.
Complementando estos esfuerzos está la histórica sastrería Gammarelli, un venerable establecimiento situado cerca del Panteón, en el centro histórico de Roma, responsable desde hace mucho tiempo de la creación de las vestimentas litúrgicas papales.
A través de un meticuloso trabajo artesanal y de cuidadosas elecciones, la estética del papa León XIV no solo honra las tradiciones seculares, sino que también reafirma el poder visual de las vestimentas papales en la era moderna, conectando la fe, la historia y el estilo contemporáneo.
Raju Hasmukh con información de ACI Prensa.



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