Francisco meditó ayer en el Ángelus un texto de San Lucas que habla de la actitud de los cristianos ante las dificultades y los desastres.
Redacción (29/11/2021 08:04, Gaudium Press) En el Ángelus dominical, meditado en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comentó la lectura evangélica del día que habla de acontecimientos terribles, comúnmente asociados al final de los tiempos:
“Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”, reza el evangelio de San Lucas.
El Señor anuncia “acontecimientos desoladores y tribulaciones” indicó el Papa, a la vez que “nos invita a no tener miedo”. No porque “todo irá bien”, dijo, “sino porque Él vendrá, lo ha prometido. Esperar al Señor”.
“Es bueno escuchar esta palabra de aliento: animarse y alzar la cabeza – dijo Francisco –, porque precisamente en los momentos en que todo parece acabado, el Señor viene a salvarnos” y “esperarlo con alegría”; “incluso en medio de las tribulaciones, en las crisis de la vida y en los dramas de la historia”.
Y “¿cómo levantar la cabeza?, ¿cómo no dejarse absorber por las dificultades, los sufrimientos y las derrotas?”: Hay que “vigilar en todo momento rezando”. “La vigilancia significa esto: no permitas que tu corazón se vuelva perezoso y que tu vida espiritual se ablande en la mediocridad”.
Para evitar el adormecimiento, la acedia, es necesaria la vigilancia y la oración
Un cristiano adormecido es alguien “sin ímpetu espiritual, sin ardor en la oración, sin entusiasmo por la misión, sin pasión por el Evangelio”.
Es preciso guardar el corazón, según lo prescribe el Libro de los Proverbios: “Guarda tu corazón, porque de él mana la vida”.
“Guarda tu corazón: ¡eso significa estar atento! Y añadamos un ingrediente esencial: el secreto para ser vigilantes es la oración. Porque Jesús dice: ‘Estén atentos orando en todo momento’”, expresó Francisco.
“Es la oración la que mantiene encendida la lámpara del corazón”, añadió el Papa, “especialmente cuando sintamos que nuestro entusiasmo se enfría, la oración lo reaviva, porque nos devuelve a Dios, al centro de las cosas”.
“Incluso en los días más ajetreados, no descuidemos la oración. La oración del corazón puede ayudarnos, repitiendo a menudo breves invocaciones”.
En este tiempo de Adviento, es conveniente repetir constantemente “Ven Señor Jesús”, y tener un ánimo vigilante.
Con información de Vatican News
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