El obispo de Phoenix, en EE.UU., afirma que líder que defienda públicamente la eutanasia, no debería acercarse a comulgar. Pontificia Academia para la Vida hace el panegírico de un defensor de la eutanasia. ¿Entonces?
Redacción (07/04/2021 09:10, Gaudium Press) No son fáciles los días que vivimos para los católicos comunes, esto por causa de la confusión.
Por ejemplo, hoy, Infocatolica noticia la exhortación apostólica sobre el sacramento de la Eucaristía, emitida por Mons. Thomas Olmsted, obispo de Phoenix en los EE.UU., quien claramente advierte que “La Sagrada Comunión está reservada a quienes, con la gracia de Dios, se esfuerzan sinceramente por vivir esta unión con Cristo y su Iglesia adhiriéndose a todo lo que la Iglesia católica cree y proclama como revelado por Dios”.
Líderes pro aborto y pro eutanasia deben confesarse antes de recibir la comunión
Lo anterior implica que la Iglesia “exige a los líderes católicos que han apoyado públicamente leyes gravemente inmorales como el aborto y la eutanasia que se abstengan de recibir la Sagrada Comunión hasta que se arrepientan públicamente y reciban el Sacramento de la Penitencia”. Esta es la doctrina tradicional, que ayuda a que los fieles guíen su conducta moral.
Disappears a great figure in the theology of the last century, whose ideas and analyzes must always make us reflect on the Catholic Church, the Churches, the society, the culture. #hanskung pic.twitter.com/hAMa8wLKb9
— Pontifical Academy Life (@PontAcadLife) April 6, 2021
Pero poco más arriba, el mismo medio de comunicación noticiaba que la Pontificia Academia para la Vida se lamentaba de la muerte de Hans Kung, teólogo heterodoxo, condenado por la Santa Sede y quien continuamente manifestaba sus disensiones con la doctrina católica, como cuando en el 2013 afirmaba que “El ser humano tiene el derecho a morir cuando ya no tiene ninguna esperanza de seguir llevando lo que según su entender es una existencia humana”, dando así vía libre a la eutanasia.
“Desaparece una gran figura en la teología del último siglo, cuyas ideas y análisis deben siempre hacernos reflexionar sobre la Iglesia Católica, las Iglesias, la sociedad, la cultura”, decía la Pontificia Academia para la Vida.
Lo anterior es sólo un capítulo más de la confusión que se despliega al más alto nivel jerárquico, del que las reacciones contrarias a la declaración de la Congregación de la Doctrina de la Fe ha sido un abrir de ojos para muchos. No es injusto decir que probablemente la mayoría de los obispos alemanes, y varios otros de otros países, rechazan la doctrina católica tradicional sobre las parejas homosexuales.
Pero, al evidenciar esa situación, ¿qué coherencia se puede exigir de un católico “de a pie”, que muchas veces no tuvo una sólida formación catequética y doctrinaria? Es preciso que se esclarezca, que se defina, que se confirme en la fe, porque corre riesgo la fe de muchos. Pero es preciso confirmar no cualquier fe, sino el depósito de la fe legado por Cristo a su Iglesia. (Gaudium Press / Saúl Castiblanco)
Con información de Infocatolica
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