viernes, 08 de noviembre de 2024
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Polonia: bajo promedio de reincidencia entre prisioneros que obtienen título universitario

Así lo atestigua el padre Mirosław Kalinowski, rector de la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin.

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El Rector, P. Kalinowski, da la bienvenida a los nuevos estudiantes durante la inauguración del Centro de Estudios de la Universidad Católica de Lublin en la cárcel. Foto: Vatican News

Redacción (, Gaudium Press) La mayoría de los que obtienen un título mientras están encarcelados en prisiones polacas no vuelven a la vida delictiva. Así lo atestigua el padre Mirosław Kalinowski, rector de la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin (KUL), que también ha sido profesor en prisión durante más de 10 años.

Desde hace más de diez años, la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin organiza cursos de formación para reclusos, una iniciativa -desde 2022 conocida como Centro de Estudios de la KUL en el Centro de Detención de Lublin- dirigida a personas detenidas no solo en Lublin, sino también en otras prisiones de Polonia.

Pensar en el futuro con esperanza”

Ustedes son personas y solo luego son reclusos”, les dice el P. Mirosław Kalinowski, rector de la Universidad, recordando las palabras del Papa Francisco dirigidas a los reclusos de la prisión italiana Due Palazzi de Padua, el 7 de noviembre de 2016, para explicar que el objetivo de la KUL es permitir a los reclusos formarse a un nivel superior y asimilar importantes valores éticos y humanísticos. Está demostrado, de hecho, que el estudio permite a los reclusos un mayor desarrollo intelectual que conduce a mejores perspectivas de empleo, rehabilitación, aumento de la autoestima y restablecimiento de los lazos sociales.

Para nosotros”, explican Artur, Adrian y Tomasz, reclusos y estudiantes de la KUL en la prisión de Lublin, “lo más importante es no perder el tiempo donde estamos. Estos estudios nos hacen crecer y nos permiten pensar en el futuro con esperanza”. Y es Tomasz, que lleva 10 años aislado en la cárcel, quien da testimonio de cómo el estudio le ha permitido replantearse su propia vida: “Tengo un mayor sentimiento de autoestima cuando sé que aprendiendo podré ayudar a otras personas”.

Un cambio positivo

Actualmente, los estudios de la KUL se imparten en el campo de las ciencias de la familia e incluyen especializaciones como la atención a personas no autosuficientes y la animación del entorno social. El proyecto también ha sido evaluado muy positivamente por el Servicio Penitenciario, por la dirección y también por los funcionarios, como Rafał Paczos, educador experto de las instalaciones educativo-culturales y la de la biblioteca. “Me he reunido con todos los reclusos que han estudiado en el Centro de Detención de Lublin – dice –, y he visto un cambio positivo en casi todos ellos. Se han tranquilizado, se han abierto mucho más al mundo, a sus semejantes, y también se han vuelto optimistas sobre su futuro”.

No han vuelto a delinquir

El éxito del proyecto depende de que la KUL se preocupe por los procedimientos académicos, y el servicio penitenciario por la seguridad de este proceso. “Estudiar – concluye el rector Kalinowski – aumenta la autoestima de los reclusos y les permite sentirse miembros de la sociedad con pleno derecho, profundizar sus conocimientos y habilidades, que pueden utilizar al final de su condena. Desde 2013, varias docenas de reclusos han completado sus estudios en la KUL, y más del 80% de los graduados tras salir de prisión no han vuelto a delinquir”. (Con informaciones de Vatican News).

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