Un día como hoy 15 de mayo – cuando varios países celebran el Día del Maestro – Pío XII declaraba al santo de La Salle patrono de los educadores.
Roma (15/05/2020 15:58, Gaudium Press) Era el 15 de mayo de 1950, cuando un ya anciano Pío XII declaraba a San Juan Bautista de la Salle como patrono especial de los educadores de la infancia y de la juventud y patrono universal de todos los educadores, atendiendo el pedido que insistentemente se le hacía desde ese gremio de tener un protector, modelo y guía.
La razón de esta distinción: fueron muchas.
San Juan Bautista de la Salle (1651-1719) definió horarios de clases, ordenó a los alumnos por segmentos de acuerdo a su nivel educativo, creó lo que hoy se conoce como enseñanza secundaria, favoreció el acceso a la educación para las clases menos favorecidas instaurando la educación en grupos y no individualmente.
También se preocupó por la formación de los maestros, condición indispensable para una eximia educación. Él mismo recibió la mejor formación: Concluidos sus estudios medios a los 18 años en el Colegio Bons-Enfants de Reims, Francia, entró después al seminario de San Sulpicio en París. A los 22 años ya era Licenciado en Teología de la Sorbona y a los 30, doctor en Teología.
Encuentro con los niños pobres, que necesitaban ser educados
Pero poco después de ordenado sacerdote, lo que ocurrió cuando tenía 28 años, tuvo que hacerse cargo de una obra para niños pobres, que tenía una escuela para niños y un orfelinato de niñas, todos de condición modesta: fue ese el camino escogido por Dios para que empezara a preocuparse por nuevos métodos educativos.
Su método privilegiaba el amor y la convicción sobre los instrumentos coercitivos. No sólo enseñaba teorías sino conocimientos prácticos, teniendo siempre como fondo la enseñanza cristiana y la caridad hacia el prójimo.
Formación de una comunidad
A algunos de sus profesores, personas solteras, comenzó a reunirlos para transmitir sus teorías educativas y su arte, y con los más fervorosos fue creando el núcleo inicial de lo que después serían los Hermanos de las Escuelas Cristianas, más conocidos como lasallistas o lasallanos. Ya en vida del santo, fueron fundados muchos colegios por su comunidad.
A la par de la excelencia en la enseñanza en las disciplinas ‘laicas’, siempre fue primordial en el método de San Juan Bautista de la Salle que se procurase primero el crecimiento de los educandos en el amor a Dios y la caridad hacia el prójimo. Cada maestro debería ser un custodio de la inocencia de los niños, o un firme apoyo en su recuperación, favoreciendo los canales de la gracia y el horror al pecado.
Recomendaba el Santo a sus maestros mucha oración y era ejemplo en ello, diciendo que lo que más tenía eficacia pedagógica era pedir a Dios en la oración y luego dar buen ejemplo, siguiendo el dictamen de Cristo es decir “haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás nos hagan a nosotros”.
Por esas y muchas otras razones, San Juan Bautista de la Salle sigue inspirando a muchísimos educadores de todos los lugares y todos los tiempos.
Ver también: Se conmemoran los 300 años del fallecimeinto de San Juan Bautista de la Salle
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