“¿Por qué no deberíamos preocuparnos también por una ecología moral, donde el hombre vive como hombre y como hijo de Dios?”
Redacción (25/11/2021 14:09, Gaudium Press) “La pureza es muy hermosa. No es un yugo, sino que es una liberación; no es un complejo de inferioridad, sino una distinción, una fortaleza de espíritu; no es una fuente de ansiedad y escrúpulos, sino una madurez de criterio y auto-dominio; no es ignorancia de la realidad de la vida, sino conocimiento libre de cualquier posible contagio, más lúcido y penetrante que la opacidad propia de la experiencia pasional y animal.
“La pureza es la condición adecuada para el amor, para el amor verdadero, ya se trate del natural, ya sea del sobrehumano, dedicado únicamente al reino de los cielos.
“Es necesario que nos defendamos de las poderosas tentaciones de la carne, si queremos vivir el Misterio Pascual, interna y externamente, especialmente en el corazón, de donde nacen el bien y el mal del que somos capaces [1] en el ambiente y a nuestro alrededor: hoy nos preocupamos con la ecología, es decir, con la purificación del entorno físico en el que se desarrolla la vida del hombre: ¿por qué no deberíamos preocuparnos también con una ecología moral, donde el hombre vive como hombre y como hijo de Dios?
Extractos de:
PABLO VI. Audiencia general. 31 de marzo 1971.
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