Son muchos los que están criticando el hecho.
Redacción (16/08/2024, Gaudium Press) Cuando casi que el mundo entero se prepara para nuevas manifestaciones mañana en contra del reconocimiento de Maduro como presidente de Venezuela —se afirma que las protestas se ubicarán en más de 300 ciudades de todo el orbe—, las redes se pueblan crecientemente de críticas en contra del hecho ocurrido en Caracas el pasado 14, cuando Mons. Alberto Ortega Martín, nuevo Nuncio en Venezuela presentó sus credenciales en el Palacio de Miraflores, es decir, a solo quince días de unas elecciones que tienen sumida a Venezuela en el caos.
Diversas voces han afirmado que la presentación de credenciales no implica un reconocimiento de la Iglesia a la supuesta victoria de Maduro.
Por ejemplo, el medio de la Arquidiócesis de Madrid, Alfa y Omega, titula que “el obispo madrileño ha cumplido con este gesto protocolario pese a las dudas sobre los resultados electorales”, para luego afirmar que, según palabras de Mons. Jesús González de Zárate, presidente del episcopado venezolano, “la relación del gobierno de Venezuela con la Iglesia es distante”.
Sin embargo, son legiones los que critican este gesto al que califican con sabor a legitimación de un régimen, en el momento en que un buen número de las naciones libres no solo cuestionan los resultados presentados por el organismo electoral del país, sino que algunas ya han reconocido como presidente al candidato de la oposición.
Por lo demás, los dos Cardenales venezolanos, Diego Padrón y Baltazar Porras, emitieron hace unos días sus reflexiones por escrito, en las que aseguraban que querían acompañar “mejor a nuestro pueblo adolorido y burlado”, y que “se han traspasado todas las barreras que pudieran dar legitimidad al régimen” en el poder.
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