40 días después de la Navidad, lleva al Niño al Templo para presentárselo a Dios, Dueño y Señor de todo, y lo ‘rescata’ es decir paga una cuantía al Creador.
Redacción (02/02/2024, Gaudium Press) Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Presentación del Señor en el templo y también el día de la Virgen de las Candelas, o la Candelaria.
Presentación, porque cumpliendo un precepto judío al que no estaban obligados, la Virgen, 40 días después de la Navidad, lleva al Niño al Templo para presentárselo a Dios, Dueño y Señor de todo, y lo ‘rescata’ es decir paga una cuantía al Creador, por su niño, y además se ‘purifica’, es decir la Virgen, sin necesidad se somete al rito judío de la purificación, que prescribía que las mujeres que habían dado a luz un niño debían abstenerse de ir al templo u tocar objeto consagrado durante 40 días. En el día 40, la madre ofrecería al sacerdote del templo un cordero de un año y un pichón de paloma, el cordero para ofrecerlo como holocausto, y el pichón como sacrificio por el pecado. Si eran muy pobres, los padres del niño podían ofrecer sólo dos pichones. (Cfr. Lev 12, 1-8)
Este ritual judío con Cristo ya tenía un tinte de redención. Aunque la tradición dice que José y María sólo ofrecieron dos torcazas, en verdad la Virgen estaba ofreciendo al Creador el Cordero sin mancha, su Hijo que era Dios también, y que sería inmolado en holocausto para perdón de nuestros pecados.
¿Y por qué la Candelaria?
La Virgen María dio a luz a la Luz del Mundo, que brillará por toda la eternidad. Así mismo lo atestiguó el profeta Simeón, cuando vio llegar al Niño al templo, y señaló que sería “Luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel”. (Lc 2, 32).
En ese sentido Ella, Nuestra Señora, no es solo portadora de la luz, sino luz ella misma, y esa condición suya la Iglesia la ha consagrado con la advocación de la Candelaria.
Ya en Roma, desde antiguo, se celebraba esta fiesta con un procesión de cirios, que eran benditos con una especial bendición este día.
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