Habló Mons. Batzing sobre la negativa a bendiciones de parejas homosexuales con KNA.
Redacción (16/03/2021 14:37, Gaudium Press) La respuesta del presidente del episcopado alemán a la declaración emitida por la Congregación de la Doctrina de la Fe, a muchos sorprende; a otros no.
Como fue noticia en el mundo entero, la Congregación de la Doctrina de la Fe, en documento firmado por su prefecto el Cardenal Ladaria, simplemente ratificó la doctrina católica al afirmar que aunque las personas homosexuales son objeto por parte de la Iglesia de “una sincera voluntad de acogida y de acompañamiento”, buscando evitar “toda marca de discriminación injusta”, también es cierto que ella no tiene facultad para bendecir uniones de personas del mismo sexo, las cuales “no pueden considerarse lícitas”.
Cualquier unión que implique una “praxis sexual fuera del matrimonio” – que es la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, abierta a la trasmisión de la vida – no responde a los “designios de Dios”, y no puede ser bendecida.
Reacción en Alemania
Pero parece que lo anterior no es tan claro para el presidente del episcopado alemán y obispo de Limburgo, Mons. Georg Bätzing, quien tras la publicación de la nota de Doctrina de la Fe ha emitido una declaración oficial, afirmando que “en Alemania y en otras partes de la Iglesia universal se discute desde hace tiempo de qué manera se puede avanzar con argumentos viables esta doctrina y en el desarrollo doctrinal en general, sobre las bases de las verdades de la fe y la moral, de la reflexión teológica progresiva, y también en la apertura a los resultados más nuevos de las ciencias humanas y a las situaciones de la vida de las personas de hoy”.
No se ve tan claro aquí el Roma locuta causa finita est. Tal vez sería más apropiado un Roma locuta, sí, pero vamos a ver qué pensamos… en Alemania.
Y decimos que aunque a muchos sorprenda esta ‘independencia’, a quienes hayan seguido más o menos cerca los andares del “camino sinodal” de esa Iglesia tal declaración no sorprende, porque la misma independencia alemana con relación a la doctrina de la Iglesia romana allí ya se ha manifestado.
Como noticia Vida Nueva, y hablando más francamente con KNA, al obispo de Limburgo no le gustó la declaración de Doctrina de la Fe, pues las discusiones que se llevan a cabo de forma intensa en diversos lugares sobre esas materias “no pueden ser simplemente eliminadas del mundo con un argumento de autoridad”.
Aún más explícito es el líder de la principal asociación laical alemana, Thomas Sternberg, quien incluye la nota del Cardenal Ladaria dentro de una “serie de perturbaciones del camino sinodal” alemán, provenientes de Roma. Declaración esta que por lo demás es contraria a las emitidas en el marco del propio sínodo, en el sentido de que allí no se abordarían cuestiones doctrinarias con alcance en la Iglesia universal, sin contar con Roma. Para Sternberg, quien está ubicado en la presidencia del sínodo, Roma no es un aliado indispensable y rectrix de esa asamblea, sino alguien que perturba.
Alguno diría que falta poco para fundar una Iglesia nacional a la manera de Enrique VIII.
Pero quien creyese que lo que se repetirá es lo que ocurrió en la Inglaterra del S. XVI probablemente se equivoque en aspectos esenciales. Pues según se vislumbra de declaraciones de varios representantes de este tipo de progresismo, lo que se quiere cuestionar específicamente es la mera posibilidad de la tradición de la Iglesia, además de su estructura fundacional, en beneficio de nuevos ‘dogmas’ producidos a partir de los hallazgos de las volubles “ciencias humanas”, o de una “reflexión teológica progresiva”, que – ya es sabido – lo que produce frecuentemente es una moral de situación, también voluble y cambiante pero normalmente acorde con los criterios del mundo.
Una iglesia neumática y no jerárquica, donde la fe la define esa supuesta reflexión de base y no tanto una revelación mediada por una autoridad bimilenaria. Dice Mons. Bätzing que o está sólo, sino que tiene buen número de amigos: No se auguran los mejores tiempos al respecto. (Gaudium Press / Saúl Castiblanco)
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