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Supuestamente pensado para contener el islamismo radical, termina afectando a los cristianos. “Nosotros pagamos el precio de la lucha contra los islamistas”.
Foto: radionotredame.net
París (10/03/2021 12:01, Gaudium Press) Mons. Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, ha hablado con Le Figaro acerca del proyecto de “ley contra el separatismo” que se debate en Francia, el cual suscita la preocupación creciente no sólo de la Iglesia.
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El proyecto da “la impresión de que los creyentes serían ciudadanos a vigilar más”, en palabras del prelado. Un proyecto supuestamente para luchar contra el islamismo radical, pero que está recibiendo críticas de todos los espectros políticos y sociales, particularmente porque coloca a la religión bajo la tutela dominante del Estado.
El cuestionado artículo 27
Destacó Mons. de Moulins-Beaufort, que el punto que más les choca es el artículo 27, que prevé que cada 5 años es necesario renovar junto al prefecto local el carácter cultual de cada asociación religiosa.
“Se está típicamente delante de una disposición que va un poco a hacer pesada la existencia, con efectos jurídicos que pueden ser por veces molestos”. Dice el Arzobispo que las asociaciones radicales no van a entrar en ese régimen y por eso la ley será ineficaz para el fin alegado. Expresa igualmente Monseñor que incluso con otros líderes religiosos se han preguntado por qué “nosotros pagamos el precio de la lucha contra los islamistas”.
Habló también el secretario de la conferencia episcopal
En entrevista concedida días atrás por el P. Hugues de Woillemont, secretario general de la Conferencia Episcopal Francesa, este sacerdote también apuntaba la afectación que tendría la escuela parental de católicos: “Compartimos los miedos de muchas familias que educan a sus hijos en casa y que ahora se preguntan qué libertad educativa se les concederá”, afirmaba.
Asimismo objetaba el “contrato de compromiso republicano” previsto para las asociaciones de culto, estipulado en el proyecto de ley:
“Registramos nuestras asociaciones cumpliendo ya con las leyes de la República. ¿Para qué sirve realmente este contrato? Ya existe un documento, ahora añaden un contrato. ¿Y después?”, dice el P. Woillemont.
Ese contrato puede dar la impresión de una imposición ideológica del Estado, en sentido laicistas, como ya fue mencionado en debates.
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