Que cese “la violación de derechos ciudadanos como mecanismo de control político”, pidió el Arzobispo de Cumaná.
Redacción (07/03/2024, Gaudium Press) Nueva declaración de la cúpula de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), pidiendo que termine la persecución del régimen Maduro con aquel que piense distinto y que cese “la violación de derechos ciudadanos como mecanismo de control político”.
El 28 de julio se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela, pero el proceso preparatorio ha estado plagado de denuncias sobre obstaculización de parte del régimen chavista.
Habla ahora Mons. Jesús González de Zárate, presidente de ese episcopado, publicadas en la página web de la CEV, en las que trata del tiempo de Cuaresma, tiempos “de reflexión”, “de volver a Dios y al prójimo”, de una conversión que es caminar “de la esclavitud a la libertad, pero donde también responde la pregunta de cómo ven los obispos de ese sufrido país la realidad en la que viven.
“En el pasado mes de enero, los obispos de Venezuela afirmamos que nos ‘duele e interpela, constatar el sufrimiento del pueblo venezolano en materia de salud, educación, alimentación, bajos salarios, corrupción’. Más aún, de forma clara dijimos que todo esto constituye una flagrante violación de los derechos humanos, que desdeña su condición de ciudadanos e hijos de Dios. No hay duda que en el presente momento histórico el sufrimiento de nuestro pueblo es grande y los desafíos de Venezuela son enormes. Y no podemos permanecer indiferentes ante esta realidad”, expresó el prelado.
Recoge Mons. Gónzalez “la aspiración generalizada de la población es la realización de unas elecciones presidenciales conforme a las garantías contenidas en la Constitución y las leyes, y que conduzca a los grandes cambios que necesita nuestra nación”.
“Cuál es su sugerencia para la sociedad venezolana de cara a las elecciones”, pregunta el entrevistador al Arzobispo de Cumaná.
“En la línea de pensamiento que he desarrollado antes, un proceso electoral democrático requiere de la valentía de la conversión, por la cual salgamos de la esclavitud de los repetidos planteamientos y promesas falsos presentados como verdad, el cese de la persecución de quien piensa distinto y la violación de los derechos ciudadanos como mecanismo de control político, la superación de la confrontación, el descrédito y la inhabilitación como medio de exclusión”, dice.
“Como afirmamos los obispos de Venezuela en el mes de enero: ‘Este debe ser un tiempo para buscar, entre todos los factores de la sociedad venezolana, un compromiso en el diseño de una visión compartida de país que, teniendo como centro, la dignidad e importancia de la persona humana, de todos y cada uno de sus habitantes’”, concluye
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