Algunos pronunciamientos de Papas postconciliares sobre la materia.
Redacción (13/05/2021 09:19, Gaudium Press)
Pablo VI: «La instauración postconciliar […] ha considerado como adecuada perspectiva a la Virgen en el misterio de Cristo y, en armonía con la tradición, le ha reconocido el puesto singular que le corresponde dentro del culto cristiano, como Madre Santa de Dios, íntimamente asociada al Redentor».i
«Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la Redención alcanza su culminación en el Calvario, […] donde María estuvo junto a la cruz (cf. Jn 19, 15) “sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente a la inmolación de la víctima por Ella engendrada”, y ofreciéndola Ella misma al Padre eterno».ii
«Después de haber participado en el sacrificio redentor del Hijo, y ello en modo tan íntimo que mereció ser proclamada por la Madre no sólo del discípulo Juan, sino —permítasenos afirmarlo— del género humano representado de alguna manera por él. Ahora, desde el Cielo, continúa cumpliendo su maternal función de cooperadora en el nacimiento y en el desarrollo de la vida divina en cada una de las almas de los hombres redimidos».iii
Juan Pablo II: «María, aunque concebida y nacida sin mancha de pecado, participó de manera admirable en los sufrimientos de su Hijo, con el fin de ser Corredentora de la humanidad».iv
«A lo largo de los siglos la Iglesia ha reflexionado en la cooperación de María en la obra de la salvación, profundizando el análisis de su asociación al sacrificio redentor de Cristo. Ya San Agustín atribuye a la Virgen la calificación de “colaboradora” en la Redención. […] El término “cooperadora” aplicado a María cobra, sin embargo, un significado específico. La cooperación de los cristianos en la salvación se realiza después del acontecimiento del Calvario, cuyos frutos se comprometen a difundir mediante la oración y el sacrificio. Por el contrario, la participación de María se realizó durante el acontecimiento mismo y en calidad de madre; por tanto, se extiende a la totalidad de la obra salvífica de Cristo. Solamente Ella fue asociada de ese modo al sacrificio redentor, que mereció la salvación de todos los hombres. En unión con Cristo y subordinada a Él, cooperó para obtener la gracia de la salvación a toda la humanidad».v
«María ha llegado a ser no sólo la “madre-nodriza” del Hijo del hombre, sino también la “compañera singularmente generosa” del Mesías y Redentor. Ella avanzaba en la peregrinación de la fe y en esta peregrinación suya hasta los pies de la cruz se ha realizado, al mismo tiempo, su cooperación materna en toda la misión del Salvador mediante sus acciones y sufrimientos. […] La cooperación de María participa, por su carácter subordinado, de la universalidad de la mediación del Redentor, único mediador».vi
Benedicto XVI: «“Llena de gracia” eres tú, María, colmada del amor divino desde el primer instante de tu existencia, providencialmente predestinada a ser la Madre del Redentor e íntimamente asociada a Él en el misterio de la salvación. […] “Llena de gracia” eres tú, María, que al acoger con tu “sí” los proyectos del Creador, nos abriste el camino de la salvación».vii
«En este itinerario nos acompaña la Virgen Santísima, que siguió en silencio a su Hijo Jesús hasta el Calvario, participando con gran pena en su sacrificio, cooperando así al misterio de la Redención y convirtiéndose en Madre de todos los creyentes (cf. Jn 19, 25-27)».viii
(Publicado originalmente en Revista Heraldos del Evangelio)
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i SAN PABLO VI. Marialis cultus, n.º 15.
ii SAN PABLO VI. Marialis cultus, n.º 20.
iii SAN PABLO VI. Signum magnum, n.º 1.
iv SAN JUAN PABLO II. Audiencia, 8/9/1982.
v SAN JUAN PABLO II. Audiencia general, 9/4/1997.
vi SAN JUAN PABLO II. Redemptoris Mater, n.os 39-40.
vii BENEDICTO XVI. Discurso en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, 8/12/2006.
viii BENEDICTO XVI. Audiencia general, 8/4/2009.
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