Quién es la “dama de las flores amarillas” que saludó el Papa Francisco

Aunque dijo pocas palabras en los breves dos minutos que estuvo en el balcón del Hospital Gemelli, el Papa Francisco reconoció a Carmela Mancuso, una señora que llevaba un ramo de flores amarillas, y la saludó delante de la multitud.

Foto: Screenshot Vatican News

Redacción (, Gaudium Press) El ramo de rosas amarillas que le llevó al Papa, como había hecho una decena de veces durante sus 38 días de hospitalización, casi se cae de las manos de Carmela, si no hubiera sido por un policía que lo recogió. Fue una gran emoción sentir la mirada de Francisco sobre ella desde el balcón del Hospital Gemelli, en su primera aparición desde el inicio de su hospitalización, y oírlo decir, en voz baja: “Veo aquí a una señora con flores amarillas. Es una buena persona”.

Carmela se sintió conmovida por el gesto de reconocimiento del Papa. “No sé qué decir. Gracias, gracias al Señor y al Santo Padre. No pensé que me veían tanto”, dijo Carmela Mancuso, de 78 años, conocida por todos como “Carmelina”, una exprofesora calabresa originaria de Monterosso, pero que lleva seis años en Roma. Mucho más allá de las expectativas, comenta: “El Santo Padre debía dar la bendición y, en cambio, vio mi ramo de rosas. Le deseo una pronta recuperación y que vuelva con nosotros como antes”.

Es posible que el Papa –que luego llevó el ramo a Santa Maria la Mayor para depositarlo a los pies del icono de la Salus Populi Romani– ya se hubiera fijado en esta señora de baja estatura, modales afables y cabellos canosos, en una de las tantas audiencias generales de los miércoles. A menudo lleva flores a estas audiencias: “Para mí, son como una terapia”, dijo a la prensa vaticana.

Desde que Francisco fue hospitalizado por una neumonía bilateral, Carmela ha salido de su casa “al menos diez o doce veces” para coger el tren hasta la parada del Gemelli. “Me alegré de llevarle flores al Santo Padre”.

“Yo saludé así… como lo hice tantas veces en la audiencia, y él, el Papa, cada vez que me veía allí, hacía un gesto (abre los brazos). Tengo muchas fotos. Hoy estaba en primera fila y pensé: ‘A ver si todavía funciona’. Me vio. No lo puedo creer”.

Con información de Vatican News