La dictadura comunista china está comenzando a cosechar los resultados de su política demográfica antinatural y desastrosa. Los matrimonios disminuyeron en un 12% y los nacimientos en un 18%.
Redacción (13/05/2021 17:46, Gaudium Press) Los jóvenes chinos no quieren tener hijos: es muy caro tener un hijo… y el gobierno comunista no ofrece ninguna ayuda.
Según las nuevas generaciones de chinos, es mejor dejar de ser padre para poder mantener su nivel de vida.
Renunciar a ser padre, no tener hijos: este es el gran problema al que se han enfrentado las autoridades chinas mientras el país se encamina hacia un verdadero colapso demográfico.
En 2020, por séptimo año consecutivo, el número de matrimonios desciende: 40% respecto a 2013
Según el Ministerio de Asuntos Civiles, el año pasado se registraron 8,1 millones de matrimonios, un 12% menos que en 2019.
Y este es el séptimo año consecutivo en que se produce una caída en el número de matrimonios. Haciendo una comparación: los números de 2020 representan una reducción del 40% en comparación con 2013.
Una política atea y antinatural conduce al envejecimiento de la población
El Instituto Nacional de Estadística dio a conocer los resultados del último censo nacional: en 2020, la población superó los 1.400 millones, pero en comparación con 2019, los nacimientos cayeron un 18%: de 14,65 el número de nacimientos de nuevos chinos se redujo a 12 millones El censo revela que las mujeres chinas en edad fértil dan a luz 1,3 hijos cada una y esta es una tasa que dista mucho de los 2,1 necesarios para mantener la estabilidad de la población de un país.
Esta tasa de natalidad es incluso más baja que la tasa de fertilidad de Japón, que es uno de los países con la población más anciana del mundo.
Con la política del hijo único, ha surgido otro problema: la población masculina supera con creces a la población femenina. En el grupo de edad de 15 a 19, hay 118,39 hombres por cada 100 mujeres.
Algunos investigadores estiman que en los próximos 10 años la proporción de mujeres chinas entre 22 y 35 años disminuirá en más de un 30%.
Básicamente, la situación actual confirma el fracaso de la política de un hijo por pareja.
El envejecimiento de la población y la disminución del número de personas en edad de trabajar requieren una modificación y adecuación de la estructura económica. Según varios observadores, la tasa de envejecimiento en China es mayor que la acumulación de riqueza.
Y para los funcionarios de Beijing, la caída obvia de la fuerza laboral es una amenaza: el régimen basa su legitimidad en el crecimiento económico y la promesa de bienestar para los chinos.
En abril, el Banco Central de China recomendó al gobierno que abandonara las políticas de control de la natalidad, porque si no se toman tales medidas, el país perderá su vigor económico. Los investigadores del instituto monetario básicamente confirmaron el fracaso de la política del hijo único implementada en el pasado.
El colapso demográfico es el resultado de una política de control de la natalidad inmoral, atea y antinatural
Varios expertos argumentan que cancelar las políticas de control de la natalidad no será suficiente para evitar el colapso demográfico, ya que también se debe alentar a los chinos a formar una familia.
Las familias también deben recibir subsidios para compensar los costos profesionales y los sacrificios que enfrentan si deciden tener hijos.
Es un gran desafío para los comunistas chinos: muchas sociedades occidentales, con generosos sistemas de bienestar, son incapaces de contener la caída en la tasa de natalidad. (JSG)
(Con información y Asia News-InfoCatólica)
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