En una entrevista reciente, la hermana Gloria Cecilia Narváez, ex rehén liberada en octubre de 2021, contó un poco de sus sufrimientos.
Redacción (17/01/2022 15:15, Gaudium Press) En una reciente entrevista con la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, la religiosa colombiana, sor Gloria Cecilia Narváez, habló sobre los sufrimientos que vivió durante los 4 años de su cautiverio en Malí.
El 7 de febrero de 2017, un grupo de guerrilleros musulmanes afiliados a Al-Qaeda secuestró a la hermana Gloria en la ciudad de Carangasso, a 400 km de la capital Bamako. Recién en octubre de 2021 sería liberada.
Actualmente en su tierra natal desde noviembre pasado, la monja se recupera en el convento de su congregación, la comunidad de franciscanas de María Inmaculada.
Serenidad en medio del sufrimiento
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada, la hermana Gloria dijo que vivió su secuestro como “una forma de éxodo”. “Una oportunidad que Dios me ha dado para examinar mi vida”.
A pesar de todas las penalidades, Sor Gloria se inspiró en el ejemplo de San Francisco y pudo decir: “¿Cómo no alabarte, bendecirte y agradecerte, Dios mío, porque me llenaste de paz ante los insultos y maltrato”.
Confió que durante su cautiverio recordó las enseñanzas de su fundadora, la beata Caridad Brader, quien decía: “Ten calma para que Dios te proteja”. Y también un consejo de su difunta madre: «Siempre tranquila, Gloria, siempre tranquila».
El secuestro que comenzó con la motivación de utilizar a los rehenes como escudos humanos, evolucionó a un secuestro con fines de extorsión.
Ejemplo de fe fuerte
Uno de los momentos más duros fue cuando los secuestradores la golpeaban. Sufrió con resignación pero no desea el mal a los bandidos.
Cuenta la monja que un día uno de los líderes del grupo empezó a insultarla y agredirla y le dijo de una manera muy grosera que iba a poner a prueba al Dios de sor Gloria: “A ver si Dios te saca de aquí”. La hermana Gloria narra que ella se acercó a él y le habló muy seria: “¡Por favor, escuche, jefe! Mostrar más respeto por nuestro Dios. Él es el Creador y me duele que hable así de Él”.
Los secuestradores se miraron y acordaron que no debían hablarle así.
También le pidieron que vistiera ropa islámica y que repitiera pasajes y oraciones del Corán, pero sor Gloria no dudó en afirmar su fe católica aunque le costara la vida.
Protección divina
La monja describe que sintió especialmente la protección de Dios y de la Virgen, cuando uno de los secuestradores estuvo a punto de cortarle las venas, pero otro lo detuvo. O cuando una serpiente pasó varias veces por el lugar donde estaba la monja.
Las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada están presentes en Malí desde hace 25 años. Las monjas se dedican particularmente en la alfabetización y la educación de las mujeres en el país. (FM)
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