La procesión por las calles de Priverno se realizó con motivo del 750 aniversario de la muerte del Doctor Angélico.
Redacción (08/03/2024, Gaudium Press) Con motivo del 750 aniversario de la muerte de Santo Tomás de Aquino, una reliquia del Doctor Angélico (como se le conoce) conservada en la Catedral de Priverno, Recorrió las calles de la ciudad ubicada al sur de Italia.
La procesión, encabezada por Mons. Mariano Crociata, obispo de la diócesis de Latina-Terracina-Sezze-Priverno, se enmarca en los dos años de celebración del jubileo de Santo Tomás de Aquino por parte de la Orden de Predicadores.
Doble jubileo
Antes de la procesión se celebró una Santa Misa en honor del Doctor Angélico en la Catedral, que estuvo repleta de fieles. Al final de la procesión, la reliquia del Santo fue trasladada en jeep a la Abadía de Fossanova.
Este año del doble jubileo de la Orden de los Dominicos concluirá tras la fiesta de Santo Tomás de Aquino, el 28 de enero de 2025, con la que se cumplirán 800 años del nacimiento del Doctor Angélico.
Indulgencia plenaria
A lo largo del año jubilar, es posible obtener una indulgencia plenaria peregrinando a un lugar sagrado vinculado a la Orden Dominicana y participando en las celebraciones jubilares allí.
También podrá alcanzar esta gracia quien dedique el tiempo adecuado al piadoso recogimiento, concluyendo con el Padrenuestro, el Credo, además de invocar la intercesión de Nuestra Señora y de Santo Tomás de Aquino.
Mensaje del Papa Francisco
El Papa Francisco envió un mensaje a quienes participaron en una conferencia realizada con motivo del 750 aniversario de la muerte del Doctor Angélico. “El Doctor Angélico estaba profundamente convencido de que, como Dios es la verdad y la luz que ilumina todo entendimiento, no puede haber contradicción última entre la verdad revelada y las verdades descubiertas por la razón”, afirmó el Pontífice.
“Un elemento central de su comprensión de la relación entre fe y razón fue su convicción del poder del don de la gracia de Dios para sanar la naturaleza humana debilitada por el pecado y elevar la mente a través de la participación en el propio conocimiento y amor de Dios, y así capacitarnos para comprender y ordenar correctamente nuestra vida como individuos y en sociedad”, concluyó. (EPC)
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