El rito renovado destaca que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo.
Redacción (22/11/2024 11:45, Gaudium Press) El Departamento de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha publicado la segunda edición típica del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. A pesar de haber sido aprobado por el Papa Francisco el 29 de abril de 2024, la primera copia no le fue entregada hasta el 4 de noviembre.
Entre los cambios introducidos en esta nueva edición está el reconocimiento de la muerte ya no en la habitación del difunto, sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición del cuerpo del Papa a la veneración de los fieles ya dentro del ataúd abierto, y la eliminación de los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble.
Nueva edición responde al pedido del propio Papa Francisco
La versión anterior del libro había sido aprobada por San Juan Pablo II en 1998 y publicada en 2000, habiendo sido utilizada como guía en las exequias del propio Pontífice en 2005 y, con adaptaciones, en las del Papa emérito Benedicto XVI en 2023. Según Mons. Diego Giovanni Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, esta nueva edición responde al pedido del propio Papa Francisco.
“Una segunda edición fue necesaria, en primer lugar, porque el Papa Francisco pidió, como él mismo afirmó en varias ocasiones, simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado… El rito renovado, además, debería enfatizar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso de este mundo”, explicó el prelado.
Las tres estaciones
Se mantuvieron las tres ‘estaciones’ clásicas, la de la casa del difunto, la de la Basílica Vaticana y la del lugar de la tumba. “Sin embargo, la estructura interna de las estaciones y los textos fueron revisados a la luz de la experiencia madurada con las exequias de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI, de la actual sensibilidad teológica y eclesiástica y de los libros litúrgicos recientemente renovados”, explicó Mons. Ravelli.
La primera estación “en la casa del difunto” prevé la noticia de la confirmación del fallecimiento en su capilla privada, y no en la habitación, y la deposición del cuerpo en un único ataúd de madera y en aquel interno de zinc, antes de ser trasladado a la Basílica. Se eliminó el primer traslado al Palacio Apostólico.
La segunda estación “en la Basílica Vaticana” considera un único traslado en San Pedro, el cierre del féretro y la misa con el cuerpo presente. En la Basílica Vaticana, el cuerpo del Papa difunto es expuesto directamente en el ataúd y “ya no sobre un féretro alto”. Además, de acuerdo con lo establecido en el Cæremoniale Episcoporum para las exequias del obispo diocesano, durante esta exposición no se colocará al lado del ataud el pastoral papal.
Finalmente, la tercera estación “en el lugar de la tumba” incluye el traslado del ataúd a la tumba y el entierro. “Esta estación ha sufrido una importante racionalización debido a la eliminación de la deposición y cierre del ataúd de ciprés en un segundo de plomo y en un tercero de roble u otra madera”, explicó Mons. Ravelli. Otro elemento nuevo consiste en la introducción de las indicaciones necesarias para un eventual entierro en un lugar distinto de la Basílica Vaticana.
Santas Misas en sufragio del Papa fallecido
También se simplificaron los títulos pontificios, retomando la terminología utilizada en la tercera edición del Missale Romanum (2008), es decir, las denominaciones de Papa, de Episcopus [Romæ] y Pastor, mientras que en las notas introductorias generales y en las rúbricas se optó por la expresión Romanus Pontifex, de acuerdo con el título del libro litúrgico.
El último capítulo del libro litúrgico está dedicado a las disposiciones para las Santas Misas en sufragio del Papa difunto celebradas durante nueve días consecutivos a partir de la Misa del cuerpo presente. En el ritual se mencionan cuatro –y ya no tres– formas de oración para elegir, mientras que se retoman todas las ofrecidas en el Missale Romanum por el Papa fallecido y por el obispo diocesano fallecido. A diferencia de la edición anterior, se omiten los textos del Leccionario, del que sólo se ofrecen indicaciones bíblicas.
“El Ordo Exsequiarum Romani Pontificis no está pensado como un ‘misal plenario’, sino más bien como un Ordo en el sentido propio del término, que contiene las indicaciones rituales, el desarrollo de los ritos y los textos mismos, pero para todo lo demás se refiere a los libros litúrgicos en uso, a saber, el misal, el leccionario y el gradual. El resultado es, por tanto, un volumen más ágil, de fácil consulta y preciso en sus indicaciones rituales, instrumento imprescindible para la preparación y celebración de las exequias del discípulo de Cristo elegido sucesor de Pedro”, concluye el Maestro de las Celebraciones Pontificias. (EPC)
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