Cualquiera que vea las imágenes del accidente en la autopista Fernão Dias, difícilmente puede creer que el conductor haya salido con vida y consciente.
Redacción (16/09/2022 17:07, Gaudium Press) Un trágico accidente que involucró a un automóvil, dos camiones y otros cuatro vehículos terminó de manera sorpresivamente milagrosa. Eso es lo que se puede considerar al ver el resultado del choque en el que un automóvil fue presionado por dos camiones en medio de la Rodovia Fernão Dias, que une a San Pablo con Belo Horizonte.
Escapó ileso después de que dos camiones aplastaran su automóvil
En el accidente, ocurrido en la mañana del pasado 8 de septiembre, el conductor Jarbas Maximiano da Silva, de 58 años, que conducía hacia Belo Horizonte, salió ileso, con apenas algunos rasguños y un corte en el rostro, a pesar de tener su automóvil totalmente destrozado. La única parte del coche que se conservó en el choque fue el espacio en el que se encontraba Jarbas.
El conductor fue trasladado al Hospital Regional de Betim, donde se confirmó que Jarbas presentaba contusiones en el cuerpo, pero se mantuvo consciente, alerta y estable. A pesar de ello, el paciente permaneció hospitalizado en proceso de evaluación por parte del equipo médico de cirugía general y ortopedia.
Rosario con medalla de Nuestra Señora de Aparecida
Cualquiera que vea las imágenes del accidente, el coche totalmente destrozado, difícilmente puede creer que el conductor haya salido con vida y consciente. Las personas que presenciaron todo tratan de buscar explicaciones. Sin embargo, un pequeño detalle no pasó desapercibido a los ojos más atentos: un denario con la medalla de Nuestra Señora Aparecida colgada del volante.
En opinión de Irma dos Santos Silva, esposa de Jarbas, este rosario es una señal de protección divina. Para ella, la única explicación de por qué este accidente no terminó trágicamente. Está segura de que fue la Patrona de Brasil quien protegió a su esposo y lo salvó de la muerte. “Fue Dios, ¿verdad? Nuestra Señora de Aparecida… le tengo mucha fe. Dios lo libró. ¡Gracias a Dios!”, dijo. (EPC)
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