El delegado pontificio para la Iglesia siro-malabar. Mons. Vasil, rechazó un acuerdo alcanzado para el conflicto litúrgico en esa Iglesia. Posibilidades de paz se alejan.
Redacción (13/09/2023, Gaudium Press) Hace unos días Gaudium Press noticiaba el serio conflicto con posibilidad de cisma cocinado en la Iglesia católica Siro-malabar, de 4,25 millones de fieles, cuando – y a pesar de las amenazas del delegado papal, el Arzobispo jesuita Cyril Vasil – al menos 319 de las 328 parroquias de la diócesis de Ernakuylam-Angamaly se negaron a celebrar un rito unificado establecido por el sínodo de los obispos de esa Iglesia.
El rito unificado, aprobado por el sínodo gobernativo de los obispos de la Iglesia siro-malabar en el 2021, establecía que la misa debía ser celebrada de cara al pueblo durante la liturgia de la palabra, pero de cara al altar durante la liturgia eucarística.
El Arzobispo Vasil, había llegado allá tras la convocatoria de los obispos de esa Iglesia con ánimo conciliador, que prontamente fue reemplazado por duras advertencias a los clérigos y laicos resistentes, en el sentido de que debían escoger entre “estar con el Papa, o contra él” y que si el 20 de agosto pasado todos los sacerdotes de esa diócesis no celebraban el rito unificado, vendrían consecuencias canónicas, que muchos entendían como declaración de cisma.
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La fecha mortífera llegó, pero los resistentes no abandonaron su resistencia, y el Arzobispo delegado regresó a Roma a rendir cuentas.
Ante la situación de cisma latente, peor que antes de la llegada de Vasil, se creó una comisión de nueve obispos y un grupo de doce sacerdotes a la Arquieparquía de Ernakuylam-Angamaly, quienes de forma oficiosa representaban el sentir de la resistencia al rito unificado, el cual modificaba una liturgia a la que ya se había acostumbrado la gran mayoría de esta Iglesia local.
Esa comisión llegó a un acuerdo, que fue aprobado por su sínodo de los obispos. Según el acuerdo, reporta Crux, se seguirían permitiendo misas de cara al pueblo en Ernakulam-Angamaly, exceptuando la basílica primacial de Santa María, el seminario menor y un santuario de peregrinación internacional. Asimismo los sacerdotes accedían a celebrar la Misa en la forma del rito unificado al menos una vez en cada parroquia, atendiendo así el requerimiento papal de marzo de 2022 de implementar el rito unificado. Igualmente se acordó que a los obispos designados para la arquidiócesis les sería permitido celebrar la misa de cara al pueblo durante toda la liturgia como a los sacerdotes.
Pero ahora se informa que el Arzobispo Vasil ha rechazado tal acuerdo, e insiste en implementar de forma absoluta el rito unificado. Ante la negativa del delegado, los sacerdotes que se oponen a esa implementación total señalan que seguirán resistiendo.
“Es lamentable decir que [haya] obispos [que] piensen que a punta de pistola pueden hacer que los sacerdotes obedezcan lo que se les ordene”, dijo el padre Joyce Kaithakottil, sacerdote esta Iglesia. “Por lo que tengo entendido, excepto un puñado de sacerdotes, nadie obedecería bajo amenaza de castigo”.
El P. Kaithakottil rechazó afirmaciones en el sentido de que los sacerdotes resistentes al rito unificado sean “rebeldes” o “disidentes”, e indicó que de los 12 sacerdotes que negociaron el acuerdo con los obispos, seis enseñan en seminarios mayores de la Iglesia siro-malabar, uno es ex rector del seminario mayor, y dos son ex cancilleres diocesanos.
“Estamos dispuestos a aceptar en principio la decisión del sínodo sobre el modo de celebración, aunque la decisión haya sido tomada violando los pasos procesales”, dijo Kaithakottil. “Tienen que mostrar magnanimidad para aceptar un cambio en la rúbrica de celebración que no es parte esencial de la liturgia”. “La solución sólo será posible cuando el sínodo comprenda las realidades del pueblo y la situación pastoral de la arquidiócesis”, afirmó.
El acuerdo alcanzado y que ahora es rechazado por Mons. Vasil también ha sido objeto de críticas por parte de grupos de laicos, que afirman que antes de imponer el rito unificado se debe buscar el consenso de los fieles.
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