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Prohibidos de ingresar al hospital y llevar el consuelo de la Palabra de Dios a los pacientes en Covid-19, los sacerdotes usan el sonido de un megáfono para orar con ellos.
Génova (05/02/2021 10:59, Gaudium Press) El hecho ocurrió en Génova, Italia; la inusual escena tuvo lugar frente al enorme Hospital Villa Scassi:
Debido a que tenían prohibido ingresar al hospital y circular por sus instalaciones por las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus, los Padres Alvise Leidi y Gregorio Cimena Cibaka, de la Parroquia de Santa Maria della Cella, en Sampierdarena, utilizaron de manera inédita para llegar a los pacientes y al personal y, además de mostrarles su cercanía, llevar el consuelo de la palabra de Dios a todos: ¡utilizaron el potente sonido de un megáfono!
La respuesta a la forma imaginativa de evangelizar, orar, animar y esperar fue rápida: desde las ventanas, la mirada de los internos mostraba que seguían piadosamente las oraciones hechas con abnegación por los sacerdotes.
Solo en la última semana algunas regiones de Italia cambiaron a la llamada “bandera amarilla”, que permite una mayor flexibilidad en las medidas restrictivas adoptadas en octubre para contener los contagios del Covid-19.
Ante las restricciones, uno de los sacerdotes pensó:
“Tengo que encontrar la manera de hacer sentir que, incluso cuando nos sentimos más abandonados, el Señor está cerca de todos nosotros. Quizás por medio de dos pobres sacerdotes esto podría ocurrir…”
“No podíamos estar físicamente al lado de las camas, así que al menos teníamos que hacer oír nuestras voces ”.
Los sacerdotes asumen una nueva misión y van al hospital e innovan para rezar con los enfermos
Así nació la decisión de los presbíteros de asumir esta nueva misión y, desde entonces, diariamente a las 12 del mediodía, los dos sacerdotes llegan al hospital genovés. Sus voces alcanzan a todos los pabellones y para ello utilizan los altavoces que se utilizan en las procesiones que, debido al Covid-19, actualmente tienen prohibido realizar.
Los padres llegan al Hospital y, al inicio se ubican en la intersección entre los pabellones centrales del complejo hospitalario, desde donde sus oraciones pueden recorrer un largo camino.
Luego, los padres Alvise Leidi y Gregorio se dirigen a la segunda y más delicada parada de su camino, que está frente a las salas para pacientes con Covid-19.
Y comienza la oración:
“Invoquemos al Espíritu Santo consolador, digamos una decena del Rosario y luego repitamos la oración escrita por el Papa Francisco por esta pandemia”.
“Esto es lo mejor que podemos hacer en las circunstancias actuales”, dice el padre Gregorio Cibeka, un congoleño de Kinshasa, de 51 años, capellán del hospital. Explica además que “si los miembros de la familia piden a la dirección [del Hospital], estamos autorizados a dar la Unción de los Enfermos».
Los dos sacerdotes no saben a cuántos ni a quiénes llega la oración, pero “estamos aquí para que nadie se sienta solo, para recordar que Dios está cerca de cada uno de nosotros”, dice.
“Somos una voz sin rostro, pero muchos pacientes que rezan con nosotros se sienten menos solos”, dicen los sacerdotes. (JSG)
Con informaciones de Vatican News y The World News
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