Los fieles salieron de las casas para adorar espontáneamente al Santísimo Sacramento ante la ausencia de las Eucaristías Públicas.
Phoenix (Martes, 28-4-2020, Gaudium Press) Dos sacerdotes que sirven en la Parroquia de San Enrique, en Phoenix, Estados Unidos, el P. Billy Kosco y el P. Ryan Lee, decidieron acercar a sus fieles el Santísimo Sacramento ante las restricciones que les impiden participar personalmente en la Eucaristía. al tener conocimiento de los lugares de residencia de sus feligreses, llevaron el Santísimo a sus barrios y generaron una oportunidad para la manifestación pública de la fe.
Los sacerdotes de la Parroquia de San Enrique visitan a los fieles en sus hogares. Foto: The Catholic Sun.
Inspirados en las tradicionales procesiones de Corpus Christi, los presbíteros organizaron esta visita sagrada el pasado 22 de marzo e informaron a los fieles sobre la hora aproximada en la que el Santísimo Sacramento estaría pasando frente a sus viviendas. «Algunas personas no sabían que íbamos a ir, pero salieron de sus hogares cuando escucharon las campanas o nuestro canto», relató el P. Kosko a The Catholic Sun.
Un consuelo oportuno
Cuando los fieles se asomaban para adorar, los sacerdotes detenían su recorrido para bendecir su hogar. Al llegar al hogar de una feligrés que padece cáncer, se acercaron hasta la puerta exterior transparente. Este encuentro no sólo llevó consuelo a la enferma, sino a su esposo, quien también se sentía mal ese día. «Gracias por traerme a Jesús. Me levantó el ánimo», indicó el hombre a los sacerdotes a través de un mensaje de texto. De manera inesperada, este hombre falleció al día siguiente tras recibir el consuelo de la visita del Santísimo.
«Muchas personas salieron de sus hogares, dejaron de hacer lo que estaban haciendo y algunos comenzaron a seguirnos y cantar espontáneamente ‘Bendito, Bendito’», refirió el P. Kosco en un informe de la actividad publicado en los medios parroquiales. «Fue increíble. La Iglesia en Buckeye es fuerte». El sacerdote destacó que la jornada, a pesar de no contar con altares como se haría en una procesión tradicional, sí contó con numerosos adoradores. «Fue muy conmovedor y gratificante mi papel en sus vidas y de su deseo de estar cerca de Jesús».
Con información de The Catholic Sun.
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