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(Saeta a la Virgen, en el día de Nuestra Señora del Pilar y Nuestra Señora Aparecida).
Redacción (12/10/2021 12:29, Gaudium Press)
¡Qué bellos que son tus ojos
cuando al mirarlos contemplo
el cielo cuando de hinojos
me postro en piadosos ruegos!
Son tus pupilas Señora
como astros que el Dios eterno
sembrara en célicas alturas
y alumbrara con su fuego.
De Ti proceden las luces
que alumbran el universo,
pues encantaste con brillo
y diste humanidad al Verbo.
¡Cuán diáfanos se nos hacen
los días al contemplarlos!
¡Qué claridad nos ofrecen!
¡Qué fuerzas parecen darnos!
En el cielo de tus ojos
¡Oh Señora Inmaculada!
hay paz eterna y libada
¡Cómo son ellos de hermosos!
Aquí estamos ¡Oh Señora!
para cantar tus grandezas
y ver todas las riquezas
que hizo Dios en buena hora.
¡Oh felicidad perfecta
que en este peregrinar
tienen todos al mirar
la inocencia más dilecta!
Peregrinar en tus ojos
Virgen del más alto cielo
trae esperanza y consuelo
a quien te ruega de hinojos.
Sumergirse en tu mirada
Virgen clemente y bendita
entrada es expedita
del cielo madre adorada.
A María nuestras rosas
sembramos hoy a porfía
¡Oh Madre clemente y pía
danos siempre vida honrosa!
Y que en cada palpitar
del corazón ¡Oh María!
los suspiros de la vida
a Ti puédanse elevar.
Por el Hno. Néstor Naranjo, EP
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