San Charbel Makhlouf fue un ermitaño y también monje del Líbano. Fue el primer santo de oriente canonizado desde el siglo XIII.
Redacción (24/07/2023 07:03, Gaudium Press) Nuestro Santo de hoy, San Charbel Makhlouf, fue un ermitaño y también monje del Líbano. Fue el primer santo de oriente canonizado desde el siglo XIII.
Nace San Charbel el 8 de mayo de 1828 en Beqaa-Kafra. Hijo de un conductor de mulas, aunque creció con el ejemplo de dos de sus tíos que eran ermitaños, fue educado por otro tío que se oponía a la piedad del joven. Pero aprovechaba cualquier ocasión y se escapaba a una gruta, donde tenía sus encuentros místicos con Dios.
Leyó siendo aún mozo la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis, e hizo de esa obra uno de los fundamentos de su vida.
Cuando tenía veintitrés años, deja su casa en secreto y después de un día de caminar ingresa al monasterio de Nuestra Señora de Mayfuq.
Profesa sus votos solemnes en 1853 y lo ordena sacerdote en 1859 Mons. José al Marid, siendo patriarca Paulo I Pedro Masad. Va a vivir al monasterio de San Marón en Annaya, donde toma el nombre de un mártir del S. II, Charbel.
Durante muchos años San Charbel vivió allí, de forma eximia.
Se hace ermitaño
Pero lo atraía la vida de ermitaño, como la de los antiguos padres del desierto, y el 13 de febrero de 1875 recibió la autorización para vivirla, lo que hizo durante 23 años hasta su muerte en 1898. Mucho rezaba, su principal misión era la oración, pero también practicaba la penitencia viviendo con muy poco, y por supuesto no faltaban las labores manuales.
Aunque buscaba la soledad, la fama de santidad que crecía hacía que muchos lo visitaran buscando consejo, auxilio.
Fue canonizado el 9 de octubre de 1977.
En vida, testigos afirman que lo vieron levitando varias veces mientras rezaba.
Después de muerto, se cuenta que una luz harto resplandeciente se ubicaba alrededor de su tumba. Cuando se abre esta, cuatro meses después del fallecimiento, el cuerpo de San Charbel estaba incorrupto, y se narra que muchas veces, incluso hasta 1950, el cuerpo secretaba un sudor con algo de sangre.
La fama de San Charbel Maklouf como intercesor es hoy universal.
Fama universal, muchos milagros
En el año 1952, el monasterio de San Marón donde vivió el santo había recibido alrededor de 130.000 cartas, algunas pidiendo favores, otras pidiendo reliquias indirectas del santo.
Según el monasterio de San Marón, existen cerca de 29.000 milagros documentados en el archivo del monasterio, obtenidos por la intercesión de San Charbel Maklouf.
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