San Gil o Egidio, el santo de hoy, es un ermitaño de origen ateniense que vivió en el S. VII.
Redacción (01/09/2020 11:15, Gaudium Press) San Gil o Egidio, el santo de hoy, es un ermitaño de origen ateniense que vivió en el S. VII.
Emigró a Arles, Francia, atraído por la fama de santidad de San Cesareo de Arles.
Vivió como ermitaño en la desembocadura del Ródano, y más tarde fue ermitaño en un bosque cerca a Nîmes.
En el primer invierno que pasó allí, pasó tal frío que quiso irse, pero entonces apareció una cierva de la cual obtenía leche, y también calor. Cuenta una tradición que un día un señor atacó a la cierva con una flecha pero el santo la protegió y quedó él herido.
Entonces el señor, arrepentido, hizo construir él mismo un monasterio para San Gil y los que se le fueron juntando.
Se dice que la oración a él para obtener la remisión de los pecados era muy fructífera. Se cuenta que Carlos Martel le dijo que tenía un pecado inconfesable. Y en una misa, un ángel llegó con un pergamino, que tenía escrito el pecado, lo que motivó el arrepentimiento, pues se lo hizo confesar.
A su muerte, el monasterio comenzó a ser lugar de peregrinación, hasta que la ciudad de Saint Gilles fue destruida en la cruzada contra los albigenses.
Pero su fama de santidad hizo que se le consagraran muchas iglesias a su patronato.
Se le atribuyen muchos milagros ya en vida.
Con información de EWTN y Catholic.net
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