Un análisis cuidadoso de las criaturas que nos rodean puede brindarnos valiosas lecciones.
Redacción (10/04/2023 10:55, Gaudium Press) “Entre las criaturas vegetativas, mira las plantas y verás que crecen hacia arriba; sólo el hombre crece hacia abajo cayendo en cosas viles. Debería al menos hacer como el árbol que echa muchas raíces en la tierra para dar más vigor a las ramas. Y así el hombre, echando más raíces de humildad, produciría grandes ramas de virtud.
Que también a los hombres causen humillación las criaturas sensibles, como los animales, viendo el servicio que prestan a aquel que, por el pecado, se ha hecho uno de ellos. Piensa que cuando los tratas mal, mereces aún menos sus servicios, y te sorprendes de ver cómo te obedecen, mientras tú desobedeces al Creador.
¡Oh! Polvo y cenizas, humíllate y llora ante estas palabras, y también cuando veas el servicio que te hacen y el descanso que te dan las criaturas. Humíllate, porque no pagas con la misma moneda; y cuando alimentes a tus animales, piensa que es más justo que tú los sirvas, porque no fueron ingratos ni rebeldes a su Creador.
Al ver un cerdo en medio del lodo, uno podría pensar que no es tan sucio como él. Y para que cada uno pueda juzgar correctamente sobre esto, debe entenderse que nada es malo en sí mismo, a menos que sea considerado malo ante Dios; y puesto que tales cosas son naturales a los animales, no son malas en sí mismas, ni se consideran malas ante Dios. Pero ¡ay de ti, pecador, que, mientras el cerdo sigue su naturaleza, abandonas la tuya dejando de amar y servir a tu Dios! ¡Ay de ti que, cuando estás en pecado, te revuelcas en un lodo más atroz que el de un cerdo!
SAN FRANCISCO DE BORJA. Seis tratados muy devotos. São Paulo: Cultor de Livros, 2020, p.62.
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