Un obispo medieval, que defendió los derechos de la Iglesia, “lleno de viril paciencia”.
Redacción (29/03/2021 06:57, Gaudium Press) Hoy, además de las consideraciones propias del Lunes Santo, la Iglesia conmemora al obispo San Guillermo de Tempier. “Tempier” parece haber sido un nombre de familia (es decir, antecedente de lo que llamamos ‘apellido’).
Probablemente San Guillermo nació posiblemente en la propia Poitiers, aunque la primera mención que se hace de él es como canónigo de San Hilario de la Celle, en la misma población.
Es hecho obispo de la gran ciudad francesa de Poitiers en 1184.
Un documento de ese año dice que él que era “lleno de viril paciencia en las persecuciones sufridas por la defensa de los derechos de la Iglesia”. No se sabe bien cuáles fueron estas persecuciones, pero es probable que sea negar la intervención de poderosos terratenientes en cuestiones eclesiásticas.
Un documento posterior lo llama Guillermo el Fuerte, también por no dejarse doblegar en los derechos de su sede.
Muere en 1197, y fue enterrado en la capilla de la Virgen en la basílica de San Cipriano de Poitiers.
Pero su fama crece después de muerto y traspasan las fronteras de Francia, pues en su tumba empiezan a obrarse milagros de curación. En el siglo XVI las reliquias fueron reconocidas. Se las veneró allí mismo hasta la Revolución Francesa, en que fueron dispersadas, pero una pequeña porción había sido entregada a la iglesia de San Hilario de la que había sido canónico, y se libró de la destrucción por una mano piadosa que la escondió.
Con información de El Testigo Fiel
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