Fue educado como arriano, pero su esposa, las gentes de Andalucía y San Leandro de Sevilla lo llevaron al catolicismo.
Redacción (13/04/2022 08:01, Gaudium Press) Hoy celebramos, entre varios otros santos, a San Hermenegildo, santo mártir, que era hijo de rey, de Leovigildo, rey de los visigodos de España (569-586).
El santo era hijo del primer matrimonio de Leovigildo, quien se casó en segundas nupcias con Goswinda, furibunda arriana, como Leovigildo, quien así educó a sus hijos San Hermenegildo y Recaredo.
Pero resulta que San Hermenegildo se casó con una princesa bien católica, Ingonda. La nueva esposa del rey Leovigildo se empeñó en pervertirla al arrianismo. Un día incluso la llevó a la fuerza a un estanque para administrarle el bautismo arriano, que era sacrílego e inválido, primero porque ya había sido bautizada en la fe católica, y segundo porque en su fórmula no se invocaba a la Santísima Trinidad, pues como se recuerda, los arrianos negaban la divinidad de Cristo.
En buena medida motivado por ese conflicto familiar, Leovigildo quiso apartarlo y nombró a su hijo gobernador de lo que hoy es Andalucía, y allí, influido por la buena fe de las gentes del lugar, de su esposa, y del arzobispo de Sevilla San Leandro, San Hermenegildo abjuró del arrianismo. El rey obviamente quedó furioso.
Viene la guerra
El rey convocó a su hijo a Toledo, pero San Hermenegildo sabiendo que allí peligraría su verdadera fe se negó a ir. El rey Leovigildo consideró eso una declaración de guerra, y preparó los ejércitos para ir a su encuentro.
Hermenegildo se alió con los bizantinos que dominaban la región suroriental de España, y también convocó en su ayuda al rey de los suevos en Galicia.
Pero Leovigildo compró a los bizantinos, y luego a los suevos, y después de un cerco de dos años, tomó Sevilla.
Hermenegildo envió a sus hijos y a su esposa a Bizancio, y se refugió en Córdoba, en una iglesia. Su padre el rey lo apresa, lo lleva a Valencia y luego a Tarragona. Le envía un obispo arriano para hacerlo abjurar del catolicismo, pero el santo prisionero aparta al obispo arriano manifestando su fe católica.
Y por ello Leovigildo mandó después a un hombre llamado Sisberto, quien de un hachazo cortó la cabeza de San Hermenegildo.
San Gregorio Magno cuenta que entonces, se oyó sobre el cuerpo del mártir una música celestial, y que se esparcieron numerosas luces desde allí.
Recaredo, el hermano de San Hermegildo, subió al trono, pero también gracias a la influencia del santo arzobispo de Sevilla, abjuró del arrianismo y se convirtió al catolicismo, siendo acompañado por todos los visigodos.
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