viernes, 22 de noviembre de 2024
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San Juan Eudes, fundador, difusor de las devociones a los Corazones de Jesús y María

Nace San Juan Eudes en Ri, en la Normandía francesa. Sus padres no tenían hijos, y después de dos años de matrimonio fueron a implorárselos a la Virgen, que les concedió 6, de los cuáles Juan fue el primero.

San Juan Eudes

Redacción (19/08/2021 11:23, Gaudium Press) Hoy celebramos a San Juan Eudes, fundador de la Congregación de Jesús y María, de varones, y de las Hijas de Nuestra Señora de la Caridad.

Nace San Juan Eudes en Ri, en la Normandía francesa. Sus padres no tenían hijos y después de dos años de matrimonio fueron a implorárselos a la Virgen, que les concedió 6, de los cuáles Juan fue el primero.

Decidido a seguir su vocación religiosa

Entra a estudiar al colegio de los jesuitas en Caén. Sentía la inclinación al sacerdocio, hizo de joven voto de virginidad, y aunque sus padres querían que se casara y continuara los trabajos de la granja, su empeño no cejó, y decide entrar a la congregación del oratorio, fundada por el Cardenal Bérulle. Recibe las órdenes menores en 1621, y en 1623, con el permiso de los padres arrancado con oración y sacrificio, es recibido por el superior general de la congregación del oratorio en París.

Pronto recibió del entonces padre Bérulle el permiso de predicar, aunque solo tenía órdenes menores. Luego fue enviado a estudiar en Aubervilliers, bajo la dirección de un excelente presbítero, el P. Carlos de Condren. Dios quería especialmente a Juan Eudes, cuando le dio dos grandes formadores de la talla de De Bérulle y De Condren.

Puede ser patrono en tiempos de pandemia

En estos tiempos de pandemia, San Juan Eudes puede ser también nuestro patrono: Desatada la peste en Normandía, el superior del oratorio envió a San Juan Eudes a Séez para que ayudara espiritual y materialmente a los enfermos.

Habiendo regresado al oratorio de Caén, nueva peste se abate ahora sobre esa ciudad, y nuevamente San Juan Eudes se dedica a la atención de los apestados. Como quería evitar cualquier posibilidad de contagio a sus hermanos del oratorio, solo quiso que estos le llevaran la comida hasta un campo donde se había instalado.

Durante 10 años se distinguió como predicador que mueve las almas al arrepentimiento y hacia Dios. Terminando de predicar, se entregaba al ministerio de la confesión. Decía: “El predicador agita las ramas, pero el confesor es el que caza los pájaros”. De él también se afirmaba que en la predicación era un león y en el confesionario un cordero.

Predicador con gracia

Mons. Le Camus, amigo de San Francisco de Sales, decía de San Juan Eudes: “Yo he oído a los mejores predicadores de Italia y Francia y os aseguro que ninguno de ellos mueve tanto a las gentes como este buen padre”. En el trascurso de su vida, San Juan Eudes predicó unas ciento diez misiones –es decir viajes a lugares necesitados de predicación de la doctrina cristiana–; en ellas insuflaba especialmente el dolor de los pecados, y la necesidad de la recepción de los sacramentos.

Fundador

Por instigación de Magdalena Lamy, ideó unas casas donde recibía a mujeres en malos pasos para que encontraran solaz mientras hallaban un trabajo digno. Estas casas dieron, 30 años después de la primera, en la bula de Alejandro VII que aprobaba la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio.

Pero veía también San Juan Eudes la necesidad de erigir una asociación de sacerdotes diocesanos, cuyo fin principal sería la creación de seminarios con miras a la formación de un clero parroquial celoso, santo.

SantoVeía él la necesidad primero de formar un clero santo que instruyese un pueblo santo. Esta asociación fue fundada el día de la Anunciación de 1643, en Caén, con el nombre de “Congregación de Jesús y María”, hoy más conocidos como eudistas en honor a su fundador. Sus miembros, como los del oratorio, eran sacerdotes diocesanos y no estaban obligados por ningún voto. Juan Eudes y sus cinco primeros compañeros se consagraron a “la Santísima Trinidad, que es el primer principio y el último fin de la santidad del sacerdocio”. El símbolo de la comunidad eudista era el Corazón de Jesús en el cual estaba incluido el Corazón de María de forma mística.

Como todas las obras que son verdaderamente de Dios, la naciente Congregación fue combatida, esta vez por el Jansenismo, lo que no extraña de esta corriente veladamente herética. Pero también fue combatida por sus antiguos hermanos del oratorio (San Juan había salido del oratorio, para mejor realizar su obra de reforma del clero).

Sin embargo, a pesar de la oposición, San Juan Eudes fue creando seminarios con el espíritu de fervor que quería imprimir a clero.

Se extienden sus fundaciones

En 1650 el obispo de Coutances le pide que funde un seminario en su ciudad. Al año siguiente el obispo de Bayeux aprueba su congregación femenina. Luego funda otro seminario en Lisieux, en 1653, y luego otro en Ruán, en 1659.

Ya había enviado a uno de los suyos para intentar conseguir la aprobación su Congregación en Roma, sin mucho éxito. Un día es el propio santo el que va a la ciudad eterna, con esa intención, pero también fracasa. Dios tiene sus caminos.

Amante de los corazones del Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María, publica la obra “La Devoción al Adorable Corazón de Jesús”.

En su Congregación, San Juan Eudes había instituido una fiesta del Santísimo Corazón de María. En el libro arriba mencionado había incluido una misa y un oficio del Sagrado Corazón de Jesús, lo que hace que León XIII anuncie al mundo, que es San Juan Eudes “quien introdujo el culto del Sagrado Corazón de Jesús y del Santo Corazón de María”. Como decía el decreto de su beatificación: “Él fue el primero que, por divina inspiración les tributó un culto litúrgico”.

Creación de las cofradías en honra de los Corazones de Jesús y María

En los seminario que iba creando, también iba constituyendo las cofradías de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, a los que Clemente X concedió indulgencias.

Poco antes de morir, el Santo escribió su gran obra “El Admirable Corazón de la Santísima Madre de Dios”.

Predica sus últimas misiones con gran esfuerzo físico, lo que mina su salud, retirándose de la vida activa.

Muere el 19 de agosto de 1680.

Con información de Corazones.org

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