Cuando el Cristo del monasterio de San Miniato inclina la cabeza hacia él, decide hacerse monje.
Redacción (12/07/2022 10:48, Gaudium Press) San Juan Gualberto, que fue abad y fundador, es uno de los santos que la Iglesia conmemora hoy.
Nace en Florencia a finales del S. X.
Un día un hombre asesina a su hermano mayor, Hugo, y Juan considera su deber vengarlo.
Juan le tiende una celada, lo espera en un pasaje tan estrecho, que ninguno de los dos podía volver atrás. Entonces Juan saca su espada y avanza sobre el asesino, que se encontraba desarmado. Este cae de rodillas y coloca sus brazos sobre el pecho, en señal de pedido de clemencia. Y cuando Juan piensa en cumplir su cometido vengador, una electricidad recorre su mente y recuerda que Cristo había orado por sus enemigos en la cruz; envaina la espada, perdona al asesino y parte en paz.
Juan prosigue su camino hasta llegar al monasterio de San Miniato, entra a la iglesia y se arrodilla ante un crucifijo. Las obras de la gracia no habían terminado: En ese momento la imagen de Cristo inclina la cabeza en dirección a Juan, en señal de haber hallado agradable su ofrecimiento de paz y de haber perdonado su deseo de venganza.
La gracia sigue trabajando su alma y va a pedirle al abad que lo admita en la vida religiosa. Pero el abad que teme la cólera del padre de Juan, es reticente. Sin embargo, el muchacho se corta espontáneamente el cabello, se viste con un hábito a la manera de religioso e inicia una nueva vida, y al final lo terminan recibiendo en el monasterio.
Se va del monasterio, para fundar otro
Un día muere el santo abad, San Miniato, y él parte a buscar un sitio más retirado, pues la elección del nuevo superior había sido escandalosa. Escoge un hermoso valle de las cercanías de Fiésole, de nombre Vallis Umbrosa, donde con sus compañeros construye un pequeño monasterio de madera y adobe, fundando una comunidad que seguía la regla de San Benito en toda austeridad. Probablemente este fue el primer monasterio que tuvo hermanos legos.
San Juan Gualberto ni siquiera quiso recibir las órdenes menores. Quería que el espíritu de pobreza fuese primordial en su monasterio; socorría especialmente a los más necesitados.
Dios le da al Santo el don de profecía y el don de milagros: devuelve prodigiosamente la salud a varios enfermos. San León IX va a Passignano a ver al santo; el Papa Esteban X lo tuvo en alta estima. El Papa Alejandro II dijo que San Juan Gualberto había acabado con la simonía (venta de privilegios religiosos) en los alrededores del sitio en que habitaba, pues a pesar del retiro en que vivían él y sus monjes, tomaban parte activa en la lucha contra ese vicio.
Muere el 12 de julio de 1073. Celestino III lo canonizó en 1193.
Deje su Comentario