San Macario era obispo de Jerusalén en tiempos de Constantino emperador. Estuvo con Santa Elena cuando descubrieron las tres cruces.
Redacción (10/03/2023 07:55, Gaudium Press) Hoy la Iglesia también celebra, entre otros santos, a San Macario de Jerusalén, obispo de esta ciudad santa en tiempos de Constantino, el primer emperador cristiano.
El emperador le encarga que construya una iglesia en el sitio en que Santa Elena, la madre del emperador, había descubierto el sepulcro de Cristo. Constantino le daba vía libre a San Macario para la construcción de la Iglesia en cuanto a materiales, obreros, etc.
El gran San Atanasio resalta la figura de San Macario, hablando de su rectitud, de su sinceridad. Él sucedió a Hermón en la sede hierosolimitana en el año 314. Eran los tiempos en que la herejía arriana, esa que negaba la divinidad de Cristo, empezaba a hacer estragos en la Iglesia, herejía que encontró un gran opositor en San Macario. De ahí también el profundo vínculo espiritual con San Atanasio de Alejandría.
El reconocimiento de la Verdadera Cruz
De acuerdo con la tradición, San Macario estaba presente cuando por orden de Santa Elena se descubrieron las tres cruces del Calvario, y fue gracias a él que se descubrió la cruz del Salvador.
Fue el Santo Obispo quien dijo: “Traed las tres cruces, porque Dios va a mostrarnos cuál es la de Cristo”. En la ciudad había una mujer agonizante. Hasta la casa de la enferma va el Obispo con la Emperatriz y las tres cruces: Hace que la enferma toque una, y no pasa nada; hace que toque otra, y no ocurre nada substancial; pero al contacto con la tercera, la mujer se restablece completamente. Estaba hallada la Cruz donde fue clavado el Cordero de Dios.
La gran basílica constantiniana, pedida por el emperador, estaba consagrada en el año 355. Se cree que San Macario murió ese mismo año.
Con información de El Testigo Fiel
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