El evangelista San Marcos era un hebreo de familia acomodada. También acompañó a San Pablo en algunas de sus correrías evangelizadoras.
Redacción (25/04/2023 07:16, Gaudium Press) Conocemos datos biográficos del evangelista San Marcos por lo narrado en los Hechos de los Apóstoles y en algunas de las Cartas de San Pedro y San Pablo.
Era de familia hebrea, acomodada (sí, tener dinero no es per se pecado, lo importante es todo dirigirlo a la gloria de Dios). Él no llegó a ser de los discípulos del Señor, sino que colabora con el gran San Pablo, con quien viajó a Chipre y luego a Roma: “Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”, escribió el Apóstol de las Gentes a Tito, desde una cárcel romana (2 Tm 4, 11).
No se conoce si San Marcos llegó para el martirio de San Pablo en Roma, pero sí se sabe que estando en la capital del Imperio se puso al servicio del primer Papa. La Basílica romana de San Marcos – que se afirma estaba erigida en la casa en la que había vivido el evangelista – es testimonio de su presencia en la gran ciudad.
Después de la muerte de San Pedro, se le pierde la pista. Algunas tradiciones lo ubican evangelizando en Egipto, y lo hacen fundador de una Iglesia en Alejandría. Otras afirman que antes de ir a Egipto fue al norte de Italia, para evangelizar el nordeste del Imperio. En Aquileia habría convertido a Ergamora, primer obispo de la ciudad.
Muere probablemente entre el año 68 y el 72, en Alejandría de Egipto, según algunas tradiciones también martirizado, arrastrado por las calles con cuerdas en el cuello. Su cuerpo fue salvado por los cristianos y sepultado en una gruta.
Luego, en el año 828, ante la amenaza de los árabes, dos mercaderes venecianos llevaron el cuerpo a su ciudad, y allí permanece sepultado, en la gran Basílica de San Marcos de la ciudad sobre las aguas.
El evangelio de San Marcos
Marcos es una especie de notario de San Pedro. Su evangelio se escribió entre los años 50 y 60. Este evangelio sería fundamentalmente la trascripción de la predicación de Pedro a los romanos. El evangelio de San Marcos es muy vivo y claro, conservando así las características de una predicación. Fue escrito en griego, y tenía como una intención principal mostrar el poder de Jesucristo, Hijo de Dios, poder manifestado en los muchos milagros que hizo el Señor.
Con información de Vatican News
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