San Patricio, insistió e insistió en la conversión de Irlanda, hasta que ella se arrodilló ante Cristo

La historia de San Patricio es toda una gran aventura.

Redacción (17/03/2021 06:37, Gaudium Press) La vida de San Patricio es toda una aventura.

Raptado a los 12 años por piratas, fue llevado a Irlanda, donde lo hacen pastor y ahí aprende el don de la oración.

Después de seis años parte de esa región, es decir huye, pero es hecho nuevamente esclavo.

Finalmente llega al monasterio de San Martín de Tours, en Francia, pero siente que su vocación es el apostolado en Irlanda, y parte nuevamente hacia allá. Ahí, y a pesar de su santidad, ya palpable, es tratado como enemigo. Aún no había llegado la hora de que Irlanda se rendiría a sus pies, y San Patricio regresa a Francia.

En Francia pasa 3 años bajo la dirección de San Germán de Auxerre, y luego parte a la isla de Lerins, a seguir uniéndose a Dios en la soledad.

Después viaja a Roma donde recibe la bendición de San Celestino, para una vez más regresar a Irlanda en el 432, y dirigirse a la asamblea general de los guerreros de la Hibernia. Es decir, va al centro religioso y político de la nación. Y allí, delante de los que se consideraban sus enemigos, predicó la fe.

Las maravillas de la gracia ocurren

Es entonces, cuando a diferencia de las veces anteriores, esta vez las maravillas de la conversión sí se suceden unas a otras, familias reales enteras se convierten a la creencia de Cristo.

Y por acción de la gracia y de la prédica de San Patricio, Irlanda se trasforma en la isla de los santos. Ahora Patricio no es más esclavo en Irlanda, sino conquistador triunfante de Cristo.

Como San Pablo predicando en el areópago de Atenas el Dios desconocido, así lo hizo San Patricio a los grandes de Irlanda, solo que los irlandeses sí lo escucharon en conjunto. Y entonces Irlanda, que ya era cuna de poetas, se tornó teatro de los cantos cristianos: sus hombres de letras entonaban la alegría de resucitar con Cristo.

Pero los piratas asolaban Irlanda.

San Patricio enfrenta a uno de los jefes más feroces, Corotido, y le dice que él defenderá a sus discípulos: Poco tiempo después Corotido enloquecía y moría en la desesperación. Era el resultado de la maldición de San Patricio.

Se afirma que operó varias resurrecciones. Se decía que tenía poder sobre la vida y sobre la muerte.

Un día aquellos a los que estaba catequizando le preguntaron si el purgatorio más bien sería palabras vanas suyas. San Patricio guiado por su ángel los llevó a una caverna, que se tornó célebre, en una pequeña isla en el lago de Derg: allí vieron las escenas del otro mundo.

Se atribuye al bastón de San Patricio el poder de expulsar las serpientes. Se afirma que esos animales huyeron de Irlanda.