Renovó el clero y la liturgia de la Misa y salvó la Iglesia y el continente europeo de la invasión musulmana en la memorable Batalla de Lepanto,
Redacción (30/04/2023 08:19, Gaudium Press) La Iglesia Católica conmemora comúnmente hoy 30 de abril la fiesta de San Pío V, Papa.
Fue este un pontífice extraordinario: renovó el clero y la liturgia de la Misa y salvó la Iglesia y el continente europeo de la invasión musulmana en la memorable Batalla de Lepanto, teniendo el auxilio efectivo de la Santísima Virgen del Rosario.
De la infancia al Papado
El nombre de pila del Papa Pío V tenía era Antonio Chislieri. Nació en Bosco, Italia, en el año 1504.
Por causa de la pobreza de sus padres, cuando todavía era muy joven tenía como trabajo cuidar de ovejas en el campo.
Fue una familia generosa la que pagó los estudios de Antonio. Por eso él pudo estudiar con los dominicos y llegó a ser religioso en la orden de Santo Domingo.
Fue nombrado para cargos importantes dentro de su comunidad hasta que el Papa lo hizo Obispo y, en seguida, para el tribunal de la Inquisición.
Él recorría a pie los pueblos, alertando a los fieles de los errores de los protestantes y luteranos.
En varias ocasiones quisieron matarlo, pero esto no fue motivo para que él dejase de predicar el Evangelio, anunciando la verdad.
El Papa lo creó Cardenal y le entregó la dirección de la Iglesia en defensa de la recta doctrina. Él se tornó inquisidor mayor.
Cuando el Papa Pío IV murió, San Carlos Borromeo dijo a los Cardenales que el más apropiado para el ministerio petrino era el Cardenal Antonio Chislieri; por eso, fue electo Papa, tomando el nombre de Pío V.
Era edificante la gran devoción a la Eucaristía, a la Virgen María y a la recitación diaria del rosario por él recomendada a todos.
En las procesiones del Santísimo Sacramento, recorría las calles de Roma a pie y con gran piedad y devoción.
Ordenó que obispos y párrocos viviesen en el lugar adonde habían sido nombrados, a fin de que no descuidasen a los fieles.
Publicó un nuevo misal y una nueva edición de la Liturgia de las Horas, así como un nuevo catecismo.
Lepanto
Los musulmanes amenazaban invadir Europa y acabar con la religión católica. Ellos salían de Turquía, matando a las poblaciones católicas y anunciando que la Basílica de San Pedro sería el establo para sus caballos.
Los reyes de la época no querían enfrentar a los mahometanos.
El Papa buscó la ayuda de líderes europeos y organizó una gran escuadra naval.
Antes del inicio de los combates, él pidió que todos los combatientes fuesen a la batalla habiendo hecho antes la confesión y comulgado en la Misa.
Cuando los combatientes partieron para la batalla, el Santo recorría con los fieles romanos las calles descalzos y rezando el Rosario, implorando la victoria.
La superioridad del ejército musulmán era evidente y ellos surgieron delante del ejército católico en un golfo, situado cerca de Grecia cuyo nombre era Lepanto.
La superioridad de los turcos no intimidó a los combatientes católicos y los comandantes de la escuadra y sus soldados pasaron a rezar el rosario antes de iniciar la batalla. Llegó el día 7 de octubre de 1571.
El combate comenzó con ventaja nítida para los musulmanes. Con todo, el viento que les era favorable, inexplicablemente, cambió de dirección y comenzó a soplar favoreciendo el avance de los católicos.
Los cristianos se lanzaron al ataque y obligaron a los musulmanes a retroceder.
San Pío, en Roma, sin tener medios de recibir noticias de lo que sucedía lejos de la Ciudad Eterna, en un momento determinado para, va a la ventana y mira, y entonces dice a los Cardenales que lo acompañaban en la oración:
“Vamos a dedicarnos a dar gracias a Dios y a la Virgen Santísima, porque conseguimos la victoria”.
Auxilium Christianorum
En agradecimiento Pío V ordenó que todo día 7 de octubre fuese celebrada la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y que en las letanías fuese incluida la jaculatoria “María, Auxilio de los Cristianos, rogad por nosotros”, en reconocimiento a la Virgen por su intercesión para obtener la victoria.
Antonio Chislieri falleció como Papa Pío V, el 1º de mayo de 1572, con 68 años.
Con la certeza de que él se encontraba en la Casa del Padre, los fieles pasan a llamarlo San Pío V, Papa. (JSG)
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