Participó en dos cruzadas antes de entrar a la Orden de la Merced.
Redacción (14/11/2024, Gaudium Press) Hoy la Iglesia conmemora, entre otros santos, a San Serapión, o Serapio, de Argel, que nace en Inglaterra pero muere en África, pues pertenecía a la Orden de la Merced, que se dedicaba a rescatar cautivos, especialmente de los hechos prisioneros por los musulmanes.
Había sido un aventurero noble de la corte de Enrique II. Junto a su padre estuvo en la Tercera cruzada, aún siendo niño.
Pero a su regreso, el buque donde venían encalla en Venecia y debe continuar su regreso a Inglaterra por tierra.
En épocas donde no era tan seguros los caminos, son hechos prisioneros por el príncipe Leopoldo de Austria; el rey y su padre son liberados, pero él queda en calidad de rehén.
Su natural bondad hace que el príncipe lo tome a su servicio. Iba a participar junto con Leopoldo en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) pero la resistencia de los albigenses en el sur de Francia impidió que pudieran llegar a tiempo a acompañar a las tropas cristianas. Sin embargo, quedó a servicio de Alfonso de Castilla hasta la muerte del este rey.
Vuelve a cruzarse, participa con Leopoldo de Austria en la quinta cruzada, en 1217.
En el 1221 acompaña a Beatriz de Suabia que se desposaría con Fernando III el Santo. Pero en el camino conoce a San Pedro Nolasco, que en el 1218 había fundado la Orden de la Merced y decide hacerse religioso.
Junto a San Ramón Nonato hace la primera redención en 1229, en Argelia. Redención es canje por prisioneros cristianos.
Era ya 1240 cuando hace 87 rescates en Argelia, donde queda de rehén para permitir que sean liberados otros cristianos cautivos. Los musulmanes se cansan de su predicación, de las conversiones que él suscita y lo atan a una cruz de San Andrés (en forma de “x”) lo torturan, le rompen todas las articulaciones, le extraen las vísceras, con ellas lo envuelven y le cortan la cabeza, completando el martirio el 14 de noviembre de 1240.
Con información de El Testigo Fiel
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